ETERNO RETORNO

Estas historias son como lanitas sueltas que la nona va ovillando en un bollito y una vez que adquiere volumen, las va desovillando para hacer algo con todas como si fueran una sola cosa. Así son estas narraciones, dichos, frases sueltas, conjeturas patinadas por una memoria tenue que -a veces- toman forma en la mano de quien las intenta reunir.

martes, 27 de marzo de 2018

Testigo privilegiado

Hay veces en que uno resulta ser testigo privilegiado de un acontecimiento. Recuerdo a un compañero de escuela -allá lejos en el tiempo- que fascinado porque el gran jockey Irineo Leguisamo, una leyenda viva por entonces, firmaba autógrafos a chicos del grupo de colegiales en Luján, tardó unos segundos en animarse a sacar la birome y en plena cara don Irineo le espetó un no firmo más y cerró enseguida la ventanilla del auto. O cuando en la atestada autopista se produce una múltiple colisión y uno -absorto presenciando y por qué no, protagonizando el espectáculo- resulta convertirse en el conductor del primero de los vehículos que sale indemne de la tremolina.

Se lo veía eufórico jugando a ese esquivo ajedrez de gestos con la muchacha. Ella, elegante y sensual, cuyos cabellos dorados caían en cascada hasta la ceñida cintura posaba para el fotógrafo que no paraba de elogiar sus formas, sus cuidados descuidos, los minúsculos tics que le otorgaban un magnetismo arrollador.
Más él la arengaba y provocaba para que ella generase gestos y poses, más ella se encendía de esa candorosa vanidad de la joven que se sabe contundentemente bella y aún no logra ejercer el control de las emociones que le genera saber que es capaz de encender en quien se detiene a observarla.
Un avergonzado espejo que rompía el adusto empapelado inglés revelaba su delicado perfil y se obstinaba a la vez en jugar con las simetrías que se escapaban cada vez que la muchacha cambiaba de postura.
Unas fotos con ropa informal, otras con vestido largo, más en traje de baño y la mano del fotógrafo arreglando un doblez, acomodando un escote, alineando un bretel. En el fragor de los flashes, los tactos se sucedían cada vez más frenéticos. La muchacha, un poco azuzada por su propio anhelo de promisoria tapa de revista, un poco turbada por el incesante asedio de cámara y mano gentil, llegó tarde a conjeturar que el fotógrafo asumía permisiones que no les habían sido otorgadas.
El ahora, algunas un poco más osadas la hizo despertar al tiempo que una andanada de flashes se disparaban simultáneos al rápido despliegue manual del fotógrafo, que desprendía su corpiño. Ella, en su afán por retenerlo con ambas manos, liberó el camino del tipo que ya soltaba la cámara.
El resto fue dolor e impotencia para ella. Para él, qué decir, si yo -testigo privilegiado de tan tremenda escena- observando lascivo desde el espejo, copiaba concienzudamente cada movimiento para someter también a la imagen que me enardecía en una simetría atroz e inevitable.


Más (y mucho más interesantes) relatos basados en Dibujos del Demiurgo en El Demiurgo de Hurlingham

36 comentarios:

  1. Pasaste de Leguizamo a una chica en apuros con un fotógrafo avivado. Me hubiera gustado mejor desarrollado el tema. Sé que se debe escribir con un tope de palabras y eso dificulta el trabajo de escribir. El testigo privilegiado estuvo y salió airoso.

    mariarosa

    ResponderBorrar
  2. Es cierto, la idea es rondar las 350 palabras. Para no hacer grandes cambios, separé la introducción. Quedó igual un poco confuso.
    Gracias, besos

    ResponderBorrar
  3. Para mí, tu relato está muy claro, se entiende perfectamente.
    Es acierto lo de pasar de una anécdota con un famoso (y un admirador frutrado) y el gusto de sobrevivir a algo que se convierte dolor e impotencia para esa joven y bella mujer. Quién deseaba esa tapa de revista.
    Está claro que ese fotógrafo la convirtió en su víctima. Y que el reflejo siniestro contempló ese acto cono morbo, mientras victimizaba al reflejo de la joven mujer.

    Muy bien contado. El límite de palabras no impidió que el relato fuera muy claro.

    Gracias por participar. Saludos.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias, colocar un renglón en blanco clarificó.
      Como dice Silvia más abajo, tus dibujos abrieron un mundo de posibilidades.
      Abrazo

      Borrar
  4. Esa escena nos lleva a pensar lascivamente.

    Me gusta mucho como has desarrollado tu relato y el dibujo de Demiurgo.

    Besos.

    ResponderBorrar
  5. Me gusta la evolución del relato... del poco a poco al ímpetu. Me está encantando la variedad de relatos de la convocatoria del Demiurgo :)
    Bss

    ResponderBorrar
  6. Hola El oso , a mi sinceramente también me gusto tú relato , a pesar de que muchas veces 350palabras no son suficientes para exponer bien un relato , yo también tube que acortar un poco el mío , te deseo una feliz semana santa besos de flor .

    ResponderBorrar
  7. La vanidad puede llevarte a situaciones que no caben en tus manos, tiene al testigo privilegiado para dar fe de ello.
    Hace tiempo que te perdí el rastro, Oso, me gustó encontrarte.
    Un abrazo

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Hola Ame, tanto tiempo. Es cierto, es que escribo (y leo) muy poco. Aprovecho algunas convocatorias jueveras para obligarme.
      Igualmente el gusto.
      Besos

      Borrar
  8. Siempre un testigo tiene una vision distinta.
    Abrazo diferente.

    ResponderBorrar
  9. Gracias por esta aportación tan creativa.

    Saludos.

    ResponderBorrar
  10. Una escena llena de contradicciones, como la de ese espejo que relatas y que muestra una realidad que al mismo tiempo no es tal, sino un reflejo. Muy interesante leerte, me pareció que transmitías muy bien la impotencia de la chica, en absoluto culpable de la violación. Una pena que escenas como esta se desarrollen cada día.
    ¡Besos jueveros!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Es una escena de las que se repiten, como bien decís. Traté de reflejar (vale el término) el punto de vista enajenado del fotógrafo.
      Besos

      Borrar
  11. Muchas ideas e imágenes para llegar a un final cerrado.
    Besos.

    ResponderBorrar
  12. Respuestas
    1. Traté de que así sea. A veces los detalles hacen que las cosas se desmadren.
      Besos

      Borrar
  13. Me pareció genial esa introducción, funciona perfecto! Hay tres historias separadas, dos a manera de introducción (fenomenales las dos) y la tercera un tanto más seria, inquietante.

    Lo de Leguisamo espero que sea un hecho real, me ha causado mucha gracia, y a la vez me descolocó que escapara en auto. La inercia me llevaba a esperar que se subiera a su pingo y se fuera al galope.

    Abrazo de vamos Ciclón en la seguidilla de partidos que nos esperan!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Ambas pre-historias me pasaron a mí.
      En viaje de séptimo grado, visitamos Luján. Yo descubrí a Irineo, avisé, pero me quedé alelado. El viejo firmó dos o tres y cuando llegué yo dijo el "no firmo más" y subiá la ventanilla para rajar.
      En la segunda -me hubiese gustado explayarme más, tal vez dé para una historia- iba con mis hijas y una amiga de ellas a Tecnópolis y entrando en Acceso Norte empezaron a volar (y no es metafórico) autos delante mío. Se produjo un choque cinematográfico de entre 12 y 15 autos. El primero que logró no colisionar fue mi auto, maniobré como pude hacia un costado tratando de no comerme la Hilux que iba adelante. Bue, es largo, pero fui "testigo privilegiado".
      Abrazo de 110 glorias azulgranas!!

      Borrar
  14. Esta escena la tomé también yo al final, como en una especie de boomerang :-)La verdad es que tu escena parece primero un juego y luego acaba siendo un tragedia o cuasi tragedia. Evidentemente, lo que para unos es bueno para otros ya se ve que no tanto.

    Un gusto venir a leerte. Un beso y muy feliz fin de semana.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Mag..no se porque tu enlace no me abre..me sale error.He tratado de leerte desde otros comentarios y nada...besitos

      Borrar
    2. Tal cual, un juego que se pone trágico.
      Besos

      Borrar
  15. Me he sentido un tanto voyeurista..(solo un poco....),pero es que leyéndote, como no mirar por el espejo?....saludos osales..

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Es que la historia es un poco autoevocativa de sí misma. Y cuando uno imagina, bueno, imagina.
      Besos

      Borrar
  16. El observar nos hace cómplices de alguna manera de la escena que se desarrolla en el encuadre de la escena ..y nos has hecho a todos visitadores del juego ..
    Un placer leerte .

    ResponderBorrar
  17. Un buen relato muy original, sobre todo ese final a través del espejo... Me ha gustado mucho.

    Un beso.

    ResponderBorrar
  18. Tres historias totalmente distintas muy bien contadas, espero que lo de Legui no te haya quedado como asignatura pendiente jeje. Lo del choque wowww, que suertudo mi estimado, grxsss a Dios.
    Respecto a lo de la niña y el fotógrafo, lamentablemente se ha vuelto algo muy cotidiano últimamente, lo bueno que ahora se denuncia -además de exponerlo públicamente- y eso hace la diferencia con otros tiempos.

    Besoabrazo y un gusto leerlo siempre querido Oso.

    REM

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. No me quedó como asignatura pendiente, no creo que dé para jockey, ja!
      Lo otro que decís es totalmente real y hasta cotidiano.
      Gracias, Rem, besos!

      Borrar
  19. Estás invitado a mi nuevo jueves de relatos.
    Saludos.

    ResponderBorrar

Dale sin piedad...