para el bloguero Demiurgo de Hurlingham y su personaje Mara Laira
Uno podría largarse a escribir sobre la palabra mina y llenar varias páginas, por qué no libros. Uno podría citar las excavaciones subterráneas con diferentes propósitos, por ejemplo, los arteros artefactos explosivos, las minas de lápiz, las monedas griegas de los evangelios, las derivaciones que provienen de las raíces etimológicas y varios sinfines según la rama.
Una mina, en Buenos Aires, Hurlingham o Villa Constitución, tiene -además- un significado bastante preciso y tácitamente acordado: es una mujer, pero no cualquier mujer es una mina. Eso va a depender del contexto, de quién lo dice, de a quién lo dice...
Cuando uno escribe, pongamos por caso en Hurlingham, se ve en la obligación de especificar el caso. O no, se siente libre como un demiurgo que juega, o decide, o propone, o todas esas cosas juntas, o -al menos- se siente tan libre como un demiurgo que trata de hacerlo.
La mina (abstrayendo claramente el poco poético teclado) fluye sobre el papel, drena, transfiere esa cosa que llamamos vida a sus personajes. La mina se gasta, minúsculas erosiones la carcomen, minan al lápiz por dentro y minan en un gruyerear de oquedades el ser del demiurgo que crea. Y de la mina que muere, la mina que nace.
Ella es letra, espada de dos filos, pestañeo del que manan tempestades. Es aguda daga por cuya arista vale la pena morir. Y el demiurgo lo sabe. Y por saberlo se acerca a su ocaso. Porque saber equivale a coquetear con la muerte. Así es, la mina coquetea con quien mueve la otra mina para darle contornos.
En una de esas, la mina sabe lo que el demiurgo ignora. O quizás no, quizás solamente hace la pregunta correcta y entonces parece saber. Como Sócrates. Y por una cosa o por la otra, en cualquier caso, subyuga a su creador, que no puede dejar de crearla mientras la pronuncie. Como Yahvé con la vida, según el tipo que se tomó el trabajo de darle forma a esa idea.
Tal vez por eso uno escribe o se apasiona por mundos ajenos a este mundo, o extraños a él. Y se siente a gusto pensándolos, dándoles forma. A lo mejor, porque en alguno de esos mundos (im)posibles la mina que crea el demiurgo acaba con el demiurgo en un amor posible. Y tal vez, paradójicamente, sea el único modo (o mundo) en que la mina del demiurgo no se acabe.
A no olvidar, una mina te va minando. Y esto, que sucede en China o Mondongolia, cómo no va a suceder en Hurlingham.
Participando de la convocatoria a relatos jueveros en
El Demiurgo de Hurlingham
Primero, que talento para el surrealismo.
ResponderBorrarSegundo, que intuición. Tal vez tu planteo tenga probabilidades de ser cierto.
En sintesis, me gustó tu texto. Gracias.
Así hubiera un atisbo de probabilidad es para alegrarse.
BorrarEfectivamente, un éxito de convocatoria Mara Laira.
Me declaro incapaz de haber imaginado semejante planteo, más que interesante. Además, me ha gustado bastante el uso del lenguaje que te has marcado. Una mina me están pareciendo las derivadas que está originando la creación del Demiurgo.
ResponderBorrarUn saludo
Eso habla de la potencialidad de la creación de nuestro anfitrión.
BorrarSaludos y gracias
vos decís que la creación puede devorarse al creador? o por lo menos hacerlo dudar de eso, de crearla... esa sensación me dió el relato, muy bueno por cierto... esta mina es un caso.... salu2...
ResponderBorrarYo creo que hay casos en que eso sucede, che. Y qué caso!
BorrarAbrazo
Excelente y surrealista relato que mezcla fantasía, sitios reales, personajes de ficción con poética prosa localista
ResponderBorrarSeguro el promotor de esta convocatoria juevera estará encantado con tu aporte
=)
Seguro estará encantado con todos los aportes. Ya empezaré a leerlos, pero no me cabe duda de que Mara Laira es convocante.
BorrarCoincido con todos y en especial con el concepto que se repite; el surrealismo de la prosa. Excelente trabajo, un placer leerte y la fantasía creada sigue sumando aristas para observarla mejor, más detenidamente, es toda una belleza este Jueves.
ResponderBorrarRealmente un lujo de jueves para el Demiurgo, que debe estar orgulloso de cómo su Mara Laira ha conseguido tal convocatoria.
BorrarAbrazo
Un relato que es toda una lección de creatividad y dominio del lenguaje, ya que al fin y al cabo, de literatura hablamos y en tu narración aprecio grandes dosis de buen hacer literario. Me ha encantado leerte.
ResponderBorrarUn abrazo.
Gracias, Pepe. Ye me tocará visitarte y disfrutar de tu escrito.
BorrarAbrazo
Quizás esto le pase a Demiugo, todas esas historias que crea incluyendo este personaje acabe en una gran historia de amor.
ResponderBorrarEn todo caso, has demostrado en tu relato un fantástico dominio del lenguaje, con una gran creatividad .
Un abrazo
Mirá si nos sorprende con el amor que más de uno ha comentado...
BorrarBesos
Coincido con los demás, muy buen lenguaje y creatividad.....
ResponderBorrarGracias, Lao!
BorrarHas jugado con las palabras... sobre todo con la palabra "mina" (que aquí también se interpreta en igual sentido), y realmente, tu relato es toda una exposición de posibilidades que seguro el demiurgo deberá desentrañar.
ResponderBorrarTodo ser que se preste a nacer y morir, sin lugar a dudas, tiene su espacio ganado. Mara Laira se ha ganado el suyo gracias a quien le insufló su aire.
Grato es volver a verte en este jueves.
Besos!
Gaby*
Hola, Gaby. Me cuesta estar al día con el blog y la bloguería, pero a veces lo intento. Gracias por tus palabras.
BorrarBesos
1- El texto es prodigi / oso. La opinión ha sido unánime.
ResponderBorrar2- Hay que tener mucho cuidado con las minas, hasta en el paso más inocente, una mínima distracción, y le puede explotar alguna... (siguiendo con el juego de las acepciones :)
Le mando un beso.
1.- Mientras no sea mal de muchos...
Borrar2.- Si me habrán hecho volar...
Besos
La relación "creación - creador" tiene sus riesgos, más cuando de una mina se trata. Vaya uno a saber quién atrapa a quién.
ResponderBorrarMe gustó como jugaste con las palabras.
Un beso!
Tantos riesgos que hay quienes temen meterse por ese camino.
BorrarGracias, Loquita.
Besos
Vaya pues sí que se puede sacar punta a una mina jeje. Curioso relato amigo oso.
ResponderBorrarUn saludo
Jajajaj, así es.
ResponderBorrarGracias, Alberto.
Que manera de jugar con las palabras es una mina de oro este relato los surrealistas minados de envidia jajaja.
ResponderBorrarMe encantó este aporte juevero ud es un grande que siempre me sorprende estimado Oso.
Abrazos de esta mina pa' uste.
Es así, querida Rem, para molestar estamos hechos...
BorrarSon raros los jueves en que me prendo, pero bueno, como que me perdonan.
Besos
Uyyy, me ha gustado este planteamiento filosófico o tal vez meta-físico del personaje con su creador, además compuesto por ese lenguaje particular de una mina (que pueden ser tantas cosas).
ResponderBorrarUn beso
Gracias, Encarni. Creo que el personaje del Demiurgo se presta para todas las interpretaciones.
BorrarBesos
Me ha maravillado este jugar con las palabras con fondo filosófico.
ResponderBorrarDesde luego, esta Mara Laira es una mina (inagotable) de sorpresas.
Y por lo que me ha dado tiempo a leer de lo mucho que ha inspirado a los jueveros, todos le han sacado punta a la mina de su lápiz.
Encantada con descubrir tu espacio. Volveré :)
Efectivamente, Framboise, Mara Laira ha inspirado muy interesantes relatos.
BorrarBesos
Mara Laira da para todo este juego de palabras con todas las acepciones posibles. Tu ya lo dejas patente.
ResponderBorrarUn placer este encuentro con tu blog.
Un abrazo.
Gracias, San, ando poco por el blog propio y de los amigos. Pero lo intento.
BorrarBesos
La mina tiene tantos significados, como bien dices, según el contexto, que te puede atrapar, matar o quien sabe si sacar la mejor punta para un buen texto, como este, claro esta.
ResponderBorraresta vez el personaje nos trascendió a todos.
Un placer volver a leerte este (Sábado-jueves)
El personaje nos trascendió y nos dio bastante letra a todos. Mejor así, he leído relatos muy buenos.
BorrarGracias por volver.
Besos
¡qué dominio tenes de las palabras! toda las posibilidades que la palabra "mina" podía brindarte, las utilizaste estupendamente.
ResponderBorrary bueno, Demiurgo sabrá hasta donde la mina esta le caló el alma :)
¡saludos... ¿de oso?! jeje!
Ja! Parece que el alma del Demiurgo ya no tiene remedio con Mara.
BorrarMientras, los demás jugamos un poco.
Gracias por pasar.
Besos
Poco puedo añadir a lo que te han comentado ya, en resumen, una maravilla de relato, una locura lingüística y una genialidad literaria.
ResponderBorrarMe ha encantado!!
Enhorabuena!
Un beso!
Bueno, gracias, Tere. En general se han visto interesantísimos relatos con el personaje del Demiurgo.
BorrarA esta altura uno no sabe cuál es el personaje y cuál el creador.
Besos
Eres maestro de las palabras. Componer una reflexión sobre creador y criatura partiendo de las acepciones de la palabra "mina" es todo un alarde.
ResponderBorrarGracias, ibso, por suerte es una palabra que da para mucho.
BorrarBesos!
Un texto que se dispara e inunda por activa y por pasiva el concepto de lo virtual que por el hecho de estar, puede dejar de serlo.
ResponderBorrarTe llena de sugerencias, amplía y concreta... y por fin, resuelve.
¡Y parece fácil!
Abrazos
Gracias, Alfredo, un abrazo!
BorrarAl inicio, cuando supe que Demiurgo era el anfitrión, sabía que Mara estaría incluída y como le dejé de comentario, me pasé más de una tarde tratando de descifrar su nombre y unos pocos minutos escribiendo su relato, creo que la creación en ocasiones devora al creador, ha sido un placer descubrir tu espacio, me gusta.
ResponderBorrarUn beso
¡Gracias, Ame, por tus palabras! Coincido con lo de las creaciones.
BorrarBesos
Brillante tu juego de palabras! eso que sé positivamente que, a pesar de leerlo un par de veces, se me escapa la mitad al no conocer vuestra forma de hablar y se me escapan algunos sentidos o sin sentidos. Como me gustan esos modismos vuestros, sigo aprendiendo, gratamente sorprendida con tu relato, creo que es la primera vez que nos cruzamos, espero seguir paseando mis ojos por tus letras, miles de besosssssssssssssssss
ResponderBorrarBueno, es cierto lo de los giros de nuestros regionalismos. sabiendo que entre los jueveros hay muchos ibéricos, uno se arriesga a no ser comprendido. Pero por otro lado, si el escrito es flojo, los lectores son buenos igual y nos perdonan.
BorrarGracias, besos
Larga mina a tu inspiración Néstor y a las palabras polisémicas que dan tanto juego.
ResponderBorrarUn abrazo.
Gracias, Toni, esperemos seguir aprendiendo. Hay muchos y muy buenos escritores en el grupo.
BorrarAbrazo
Mantenerlos bajo control a los personajes en un relato corto o un microrrelato no me resulta complicado, no tanto como en los relatos largos. Pero cuando los lectores se apoderan de sus personajes, el escritor pierde casi del todo el control sobre él. ¡Qué temeridad la de nuestro Demiurgo! Sin duda, has expresado ese riesgo con clarividencia y un lenguaje exquisito. Fue un gran placer leerte.
ResponderBorrarEl tipo se juega y hasta ahora va sobreviviendo. Veremos...
BorrarBesos
excelente relato! no sé como me lo perdí en su momento... vengo de la entrada de el Demiurgo pero a la vez ya te había escrito hoy mas temprano... estoy atrapado en un círculo blogueril artístico!
ResponderBorrary para colmo le acabo de comentar ahí de que él quizá sea una invención de ella, como intuís en algún momento acá... no es loco todo ésto?
abrazo de nuevo!