Cuando la pelota entra en la vida de un pibe define tantas cosas que sería imposible ponerlas todas en palabras. Y no me refiero a las pelotas con cascabeles como un chiche más de los bebés. Me refiero a la pelota que se patea. Cómo explicarles a quienes no pudieron apasionarse nunca en una cancha lo que es el fútbol. El fútbol -escribió alguna vez Dolina- es el juego perfecto.
Los ídolos futbolísticos, lejos de gozar de las perfecciones de los seres de ficción, suelen ser tipos que alternan buenas y malas tanto en un partido como en su carrera. Uno, hoy, no se pone a ver un partido con la esperanza de que Messi esté maravillándolo noventa minutos continuos. Y si lo hace con esa expectativa no conoce mucho el juego. El Gringo Scotta hizo 60 goles en la temporada de 1975 -el record nacional-, sin embargo, fueron eternos los intervalos entre un gol y otro.
Hay deportes en que se hacen decenas de tantos o aciertos o puntos y las emociones festejables se suceden a cada instante, por ejemplo el básquet. El fútbol es otra cosa. El gol es una rara avis en un partido, de ahí esa tensión contenida que se libera tanto en el jugador como en el hincha cada vez que se produce. De ahí la profunda decepción cuando la pelota entra en la valla propia. Cuando hay un gol todos tienen la sensación de que es posible que sea el único del partido y no sólo posible, es bastante probable.
Yo jugué mucho al fútbol aun no siendo muy bueno. Tuve en algún momento la suerte de que un grupo de amigos me aceptase entre sus filas y cosechamos nuestros modestos éxitos de barrio, incluso con partidos memorables o hazañosos que traemos a las conversaciones luego de décadas. En ese equipo jugué mis mejores partidos, conocían mis muchas limitaciones y mis escasas virtudes disimulando unas y potenciando las otras. Y quizás en ese equipo recibí los abrazos más honestos y agradecidos cuando me tocó marcar algún gol relevante.
Creo en parte que de esas dos cosas se trata: que el grupo potencie la individualidad y que las limitaciones y los errores de los individuos se disuelvan y resuelvan en la solvencia del grupo. Y de los abrazos. El día en que los jugadores no se abracen más tras un gol el fútbol habrá muerto.
Dejo para el final el risueño recuerdo de un grande que tal vez jamás pateó una pelota. Como el mundo del fútbol le era ajeno por inasible, él abolió el fútbol de su mundo. Sin embargo, aun así, se confesaba hincha de San Lorenzo de Almagro. Tan sorprendente adhesión de su parte, la había tomado en aquella misma biblioteca del barrio de Almagro, ya casi Boedo.
“Cierta vez me preguntaron a mí qué cuadro prefería, y yo pensé que se referían a telas o a óleos, y les expliqué que como no veía bien, la pintura no me interesaba demasiado. Pero parece que no: se referían al cuadro de fútbol. Entonces yo les dije que no sabía absolutamente nada de fútbol, y ellos me dijeron que ya que estábamos en ese barrio de Boedo y San Juan, yo tenía que decir que era de San Lorenzo de Almagro. Yo aprendí de memoria esa contestación, siempre decía que era de San Lorenzo, para no ofender a mis compañeros. Pero pronto noté que San Lorenzo de Almagro casi nunca ganaba. Entonces yo hablé con ellos y me dijeron que no, que el hecho de ganar o perder era secundario –en lo que tenían razón.-, pero que San Lorenzo era el cuadro más científico de todos. Eso me dijeron, sí… Se ve que no sabían ganar, pero lo hacían metódicamente”.
Parece que el tal Borges presentía y -ojalá- vivía en carne propia el eterno destino sufriente de los hinchas cuervos, los que hoy festejamos -rara avis una vez más- un campeonato.
ETERNO RETORNO
Estas historias son como lanitas sueltas que la nona va ovillando en un bollito y una vez que adquiere volumen, las va desovillando para hacer algo con todas como si fueran una sola cosa. Así son estas narraciones, dichos, frases sueltas, conjeturas patinadas por una memoria tenue que -a veces- toman forma en la mano de quien las intenta reunir.
miércoles, 29 de enero de 2014
Algo de fútbol
Culis Mundi,
Villa Constitución, Santa Fe, Argentina
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Preciosa semblanza. Me llega mucho, como a casi todos los habitantes de estas tierras del sur...que a veces nos conformamos con ver los goles del domingo de nuestros compatriotas en el hemisferio norte...
ResponderBorrarMuy cierto lo que decìs, lo que debe se debe sentir formar parte de un equipo, lo viví a través de mis hijos y sus primos, hoy grandes camaradas y más pataduras...
Todos deberíamos hacer un gol, alguna vez y gritarlo y abrazarnos, para saber lo que es la gloria, ;)
besos y goles
Así es, somos futboleros, tal vez por eso de los abrazos y la adrenalina compartida.
BorrarBesos
Interesante articulo, dicho por alguien que no es un entusiasta del futbol.
ResponderBorrarInteresante la mención al erudito en demiurgos.
Y algo más, escribiste sobre el tema juevero de esta semana, que es el deporte.
http://osrelatospasaxeiros.blogspot.com.es/2014/01/este-jueves-deportes.html
Es que lo escribí para no descolgarme de lo juevero, una vez que arranqué. Ya pronto se me complican los tiempos pero si agarro training en una de esas lo puedo continuar.
BorrarAbrazo
Todo este texto me trae a la mente una discusión; discusión, sí, no diálogo. El tema era que los hombres son capaces de ser camaradas de gol, amarse locamente unos instantes, para luego no verse nunca más... eso lo decía yo. El otro lo llamaba camaradería masculina...
ResponderBorrarLas mujeres, aunque estemos en la misma situación, somos incapaces de semejante camaradería. El otro lo llamaba de forma muy fea... y ahí llegó la discusión, educada pero discusión al fin y al cabo :)))
Un abrazo y tu cafelito.
Ja! A mí me parece que es una cuestión cultural e histórica, descreo bastante de las cosas netamente masculinas o femeninas en la mayoría de los lugares.
BorrarPor eso mismo, es bueno sumar para que lo diverso sea una riqueza y no una barrera.
Besos
no me sorprende la exelencia del relato porque nos tenes acostumbrado a eso..ahora..como me pasa cuando leo a los grandes, pusiste sobre el papel ( que expresion mas vieja..jaja ) lo que yo hubiera querido decir sobre esas largas mañanas , tardes, nocjhes y madrugadas de futbol..ojala un dia puedas escribir sobre anecdotas puntuales de nuestros amigos..un abrazo hermano...!!!
ResponderBorrarMarcus! A lo mejor algún día, tengo varios empezados pero me da un poco de pudor que lo lean los protagonistas (como en este caso)!
BorrarAbrazo!!
Qué grande es ese grande que trajiste al ruedo, aún en lo que no sabía...
ResponderBorrarEstamos perdiendo la fe en muchas cosas, y también en los abrazos después de los goles, pero no del todo, no del todo... que mientras haya un atisbo de fe en ese festejo genuino, habrá fútbol.
Besos.
No del todo y eso es lo grande. No se va a ir del todo, como muchas cosas que se obstinan en permanecer.
BorrarBesos
Esa frase del abrazo, es antológica.
ResponderBorrarGran texto Oso! Un golazo.
No será como el gol del Angelito, pero bue, será de chiripa.
BorrarAbrazo!
Me ha gustado mucho tu entrada sobre el fútbol, pero a pesar de ello creo que me encuentro entre esas pocas personas para quién este deporte no existe, a no ser para criticar los contratos millonarios que se hacen,
ResponderBorrarUn abrazo y espero no haberte molestado,no he comentado con ánimo de polemizar, en absoluto.
Por supuesto que coincido con esa apreciación y con esa gran conversión a negocio que experimenta el fútbol profesional. Sin embargo, se sigue jugando en las canchitas de barrios y baldíos. Y mucha gente que aspira a la módica gloria del gol que define un torneíto por el sánguche y la coca!
BorrarBesos
Nunca supieron jugar al fútbol ni mi pierna derecha ni mi izquierda. Sin embargo aprecio esa componente grupal, de equipo, que el fútbol tiene. Esa unión, esa fe ante la derrota y esa satisfacción en el triunfo es del equipo y es emocionante.
ResponderBorrarMagnificamente relatado.
Un abrazo.
Es realmente emocionante, incluso para alguien como yo cuyo equipo siempre pierde más de lo que gana, aunque ahora estemos en una racha positiva.
BorrarAbrazo
De a poco nos hiciste entrar en la cancha. Ficticia o no, para quien gusta del fútbol, es fácil de entender. Pero cierto es, que es una pasión general, y para muchos,desde la más tierna infancia. Esos picaditos callejeros, suelen ser para algunos los primeros pasos de un futuro prometedor (a Luis Suárez lo podía ver jugando a la vuelta de casa, sin imaginar que bien le iría después), para otros, tan solo es juego, reunión de amigos, desafío y diversión. Pero desembocaste finalmente en una historia que no conocía, así que agradezco la hayas compartido. Entrañable, y más lo es, para quien es hincha de San Lorenzo. Bueno, yo soy uruguaya y obviamente tengo el club de mis amores, pero me declaro simpatizante de San Lorenzo, por una cuestión afectiva con alguien que lleva sus colores en el corazón.
ResponderBorrarCelebro una vez más tu modo de contar, realmente es un gusto leerte!
Besos!
Gaby*
Gracias, Gaby. Luis Suárez es uno de los típicos jugadores de potrero -decimos acá- que a pesar de ganar mucho dinero con esto, no deja de ser el muchacho de barrio que juega con la picardía de lo aprendido en la calle y cierta magia que los robots en que se convierten la mayoría de los jugadores del fútbol hiperprofesional no tendrán nunca.
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Se nota tu pasión en lo bien que escribes sobre las sensaciones que genera este deporte. Enhorabuena por el texto. Besote
ResponderBorrarGracias, Alicia, e sun rejunte de comentarios que ya tenía, pero aproveché la cuestión juevera para darles forma.
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Goooool. Besos.
ResponderBorrarJa! Gracias!
BorrarBesos
Borges era un gil que decía que eran 22 boludos atrás de un pelota... que diga que era de San Lorenzo, bueno, sabés que tampoco me gusta mucho jaja...
ResponderBorrarsi sos hombre y no te gusta el fútbol es que no tenés pasión por nada en la vida... que te quedan, las novelas? jaja...
salu2 de un quemero enojado con Borges, con el fútbol y con la vida por este tema! ja...
Síiiiii, conozco todo lo que Borges pensaba sobre el fútbol, pero lo que me pareció más curioso es esta anécdota. Me parece que mucho de eso (en contra) lo escribió o lo dijo en la época del mundial 78, ya que se manifestaba recontra en contra de todo lo que rodeaba al evento.
BorrarAdemás, un cuervo desapasionado es de lo peor, por eso puse que ojalá lo sientiera.
Abrazo
Excelente anécdota, por lo que estuve investigando esta historia sale de una conversación que Borges tuvo con Antonio Carrizo (el libro se llama "Borges el Memorioso" ¿de ahi la sacaste?
BorrarAguante el Ciclón, el Gringo Scotta, el Lobo Fischer y JLO que me trajo hasta acá jajaja
Te sigo leyendo
Saludos!
Vos sabés que encontré esta anécdota por cita de cita en otro material. Ojalá diera con el original.
BorrarVamos Ciclón, carajo!!!
ah... y además Cortázar me gusta mucho más... y era de barrio, no como el señor bastón (que falta de respeto! ni yo la aguanto! jaja)...
ResponderBorrarEstuve ausente unos días y me doy cuenta que me he perdido un montón de cosas, aquí ha pasado de todo desde un conejo que no salió de la galera hasta un asesinato (afortunadamente resuelto) y ahora fútbol. Le confieso que el club de mis amores es Boquita, no obstante y por cuestiones harto lógicas y conocidas no puedo más que tenerle respeto al CASLA. El fútbol me gusta no sólo por el juego en sí sino por todo lo que genera y no hablo de lo económico si no de lo que Ud. tan bien hace referencia, la amistad, el compañerismo, la alegría y/o tristeza según como venga el asunto, solidaridad ... en fin tantas cosas que sería largo enumerar y con respecto a Georgie , que decirle? El era así, la anécdota lo dice todo, mejor quedarnos con el gran escritor que fue/es.
ResponderBorrarMi estimadísimo Oso un gran placer volver a leerlo nuevamente.
REM
Vio, querida, Ram, en las vacaciones agarré un poco de velocidad, aunque no es para tanto.
BorrarEn cuanto al asesinato, quedan algunas dudas de si está resuelto o no (por el final)...
Haré lo posible para no cargar tintas sobre su simpatía futbolera, créame!!
El Jorgito despreciaba bastante el fútbol, pero esta anécdota que leí por ahí me resultó bastante curiosa y más tratándose del Ciclón.
Besos y gracias por estar siempre
La verdad es que eso debería de ser lo más importante en el fútbol, la camaradería, el equipo y el esfuerzo común; pero a veces prima más el individualismo que otra cosa.
ResponderBorrarMuy sentido tu relato
Un saludo
Es como decía, pero me gusta rescatar lo que del fútbol me emociona y hace feliz.
BorrarBesos
El fútbol es una pasión compartida por muchos, suena raro que a alguien no le guste. En lo personal, yo disfruto de cuando son competencias a nivel internacional, en las que participa la selección de mi país, esos partidos me generan ansiedad, nerviosismo y es inevitable ante un gol o un triunfo no hermanarme con el primero que pase.
ResponderBorrarMe gustó la historia que contas de Borges, la desconocía.
Un beso!
Gracias, Jime. Los argentinos, en general, somos futboleros. Yo sufro mucho en los partidos de la selección, sobre todo porque me parece que siempre juega regular y me da unos nerviosssss.
BorrarBesos
Me ha gustado tu entrada!!
ResponderBorrarEn mi casa son muy futboleros, yo la única del Real Madrid y mis tres chicos del Barça, así que Messi para ellos, un dios!!
Un placer leerte!
Besos!
Besos!!
Gracias, Teresa. Yo desde hace muchos años simpatizo con el Barsa, pero no por Messi o Maradona, sino porque tiene los colores idénticos a los de mi querido San Lorenzo.
BorrarBesos!
jajajaja excelente!...ya presentía que el fútbol no podía faltar en nuestro encuentro juevero!.,..y con qué lujo de sensaciones y emociones lo has traído al ruedo!...perfecto cierre con esa anécdota de Borges que desconocía!
ResponderBorrarUn abrazo y felicitaciones por tan emotivo aporte.
¡No podía estar ausente, es cierto!
BorrarCurioso lo de Borges, lo había anotado hace un tiempo y esperaba la ocasión para usarla.
Besos
Muy bonito tu escrito.
ResponderBorrarGracias por participar
Saludos
Gracias, Landa!
BorrarMe gustó leer tu relato de modo ágil y llevadero. Un gusto conocerte El Oso...... Voy a visitarte de vez en cuando ...
ResponderBorrarGracias, Lao. Igual por tu blog!
BorrarAbrazo
Me ha gustado leerte. Me gustó recordar a Scotta, un gran jugador que fue la estrella del Sevilla varias temporadas. La que haces a Borges me encantó, muy suya, con toda su ironía.
ResponderBorrarUn abrazo.
¡Qué grande el Gringo!
BorrarAbrazo
No me gusta el fútbol aunque si veo los partidos importantes donde juega España si estoy acompañada por alguien y a veces no entiendo las reacciones de algunos futboleros, pero me ha encantado la frase "El día en que los jugadores no se abracen más tras un gol, el fútbol habrá muerto"
ResponderBorrarUn beso
Bueno, no todas las reacciones están buenas. Pero es un hermoso juego.
BorrarBesos
Tuve una época en que quería meterme en los partidos que se armaban en la calle con mis amigos del bario, siempre me sacaban cortita (bastante machistas los compañeros), pero bueno, me conformé con sentarme en el cordón de la vereda y celebrar sus patadones a la pelota, entre ellos mismos o a lo que fuera. Ya ves, ahora más apaciguada sueño con ser sirena... jajaja! no, tampoco eso, un poco de gym semanal solo para mantenerme en forma y listo.
ResponderBorrar¡Saludos!
Hoy hay muchas chicas que juegan fútbol en mi zona.
BorrarPero bueno, sirena no está mal, ja!
Besos