Umberto Eco cumplió 81 años el 5 de enero. Es un escritor italiano experto en semiótica, doctor en filosofía y letras, que se destaca en innumerables ámbitos académicos, especialmente en semiótica, lingüística, ética y estética. Incursionó en la novela llegando a los 50 años, por lo que se autocalifica como un joven novelista. Escribió seis novelas: El nombre de la rosa (1980), El péndulo de Foucault (1988), La isla del día de antes (1994), Baudolino (2000), La misteriosa llama de la reina Loana (2005) y El cementerio de Praga (2010).
Tuve la inmensa fortuna de leerlas a todas. Es que El nombre de la rosa me provocó una conmoción tan grande que me llevó a releerla seis o siete veces -incluso haciendo y en algunos casos borrando luego, anotaciones en los márgenes- y además me abrió un soberano apetito por abordar las siguientes.
El nombre de la rosa (Il nome della rosa), ambientada en 1327, narra las aventuras de Guillermo de Baskerville y Adso de Melk en una abadía del noroeste italiano famosa por su biblioteca. En ese lugar se preparaba un encuentro entre emisarios papales (la sede del papado estaba entonces en Avignon, Francia, no muy lejos) y una delegación franciscana apoyada por el emperador Ludovico IV de Baviera (cuyos dominios incluían las actuales Alemania, Holanda, Luxemburgo, Bélgica, Suiza, Austria y norte de Italia). El tema del encuentro era la pobreza de Cristo -si Cristo fue pobre (como proponían los franciscanos), por qué la iglesia cuenta con tantas riquezas- y se trataba de un debate que podía decidir la excomunión de la orden franciscana y por extensión resentir aun más la frágil relación entre el papa Juan XXII y Ludovico.
En este contexto, Guillermo y Adso, que habían llegado con antelación a la abadía, se ven obligados por el abad -que quería salvaguardar la gran fama del lugar ante el emisario papal- a intervenir debido a una serie de inexplicables muertes de monjes. En medio de su investigación descubren relaciones entre las muertes que conducen a un misterioso libro objeto de deseo de los monjes.
Asesinatos, pesquisas (inevitable referencia a Sherlock Holmes), pintura de época, diálogos fascinantes, una bella muchacha, monjes provenientes de distintos lugares de Europa, personajes históricos mezclados con ficticios, discusión filosófica entre nominalistas y tomistas, la risa como cuestión religiosa, la mujer como objeto, la riqueza de la iglesia y muchos condimentos más hacen de El nombre de la rosa un delicioso relato.
Excelente portada a lápiz del ilustrador Manuel Sanjulián |
Sean Connery y Christian Slater |
Prueba de la admiración que profeso, me atreví -y solicito piedad por ello- a escribir mi propia versión del final de algunos de los personajes en una vetusta entrada de este blog (2008).
También se relacionan con la época, si aún soportan el asedio, Gente ignota: Buridán I, II y III, (2010) en una pequeña operoncha en tres arias, donde oso presentarlo como un representante del nominalismo.
[Pacientes -así como escasos- lectores, sepan comprender la aparición de estas reseñas. Me sirven para mantener vivo el blog, hace un buen tiempo que estoy de musas fugadas. Se ve que las guachas se fueron de vacaciones sin fecha de retorno. El otro objetivo es compartir un poco el enorme placer que me produce leer a Eco y a lo mejor alguno que no lo conozca se entusiasma. Para no hacer una entrada tan larga, me reservo Las novelas de Eco II y III. De paso tal vez se apiaden las susodichas.]
Sé de su admiración por Eco, sé de la trayectoria impecable de éste, y también he leído sus ¨osadas-versiones en este blog.
ResponderBorrarEn lo personal, estoy saldando una vieja deuda de anaquel vacío con Umberto Eco, a través de una colección que sale con el diario La Nación.
Ya salieron 12 títulos, faltan 6 y con opción a 10 más. A un precio inigualable y una calidad de impresión interesante.
El comentario me quedó marketinero, pero es la purísima verdad. ;)
Le mando un beso.
SIL
...Colección que estoy adquiriendo para acceder a algunos ensayos que no conseguía y para por fin leer "La misteriosa llama..." que me faltaba.
BorrarY la verdad hay precios que son más que interesantes.
Besos
Fue el unico libro que leí de este autor. Me pareció un gran libro, donde aparece como verosimil la trama policial ambientada en esa época. En parte policial de enigma, con las habilidades de deducción de Guillermo de Bakersville.
ResponderBorrarEn parte policial negro, por el poder que encubre la verdades inconvenientes, por los prejuicios del mismo Guillermo, por la insistencia en culpar a inocentes, como a la bella muchacha.
Disiento en algo. Creo que la película le hizo justicia. Los finales al estilo Hollywood suelen tener hallazgos.
Al igual que el libro, no se salva a la biblioteca ni el libro perdido. La revelación llega demasiado tarde y Guillermo no vive demasiado después. Y me parece bien que se salve a alguien sobre quien cayeron injustamente las sospechas. Y lo del nombre de la rosa. La pelicula está muy bien. ¿Adonde se fueron las musas? En los relatos jueveros, todos están comentado lo mismo.
Yo las calificaría con más prudencia. En los mitos griegos, a veces se enojaban.
Releyendo quedó duro lo de la película. No es para nada mala. Es que cuando uno es medio devoto del escritor y la obra, todo parece poco. Es mas, sin la existencia del libro, el final estaría perfecto. Acá es como que me faltó algo y me quedé un poco molesto. De igual modo, en la peli me hubiese gustado más trabajo sobre las temáticas de fondo, aunque entiendo que todo no se puede.
BorrarEn cuanto a las musas, veré la forma de tentarlas, si esto es posible. En todos lados se cuecen habas, así que alguna clase de cometa podría ocurrírseme...
Abrazo
Yo tambien quedé impactada por el nombre de la Rosa y me apunté luego al Péndulo... Oso, he disfrutado mucho con esta entrada...y deseo que las musas vuelvan pronto, sobre todo con alguna estampa villense que tanto disfruto.
ResponderBorrarAbrazos!
Uhhhh... esas son las más difíciles!!! Ja!
BorrarLo intentaremos, Doña Tinta.
Gracias por su aporte.
Besos
Entrada que merece estar en contratapa de algún libro de Don Umberto.
ResponderBorrarLa voy a pegar en papel a alguno de los míos!!
BorrarGracias Abru!!!
Besos
Señor Oso, las musas no se fugan, revolotean como mariposas sin dejarse cazar. Saque el atrapamariposas y a por ellas!!!
ResponderBorrarPues parece que sea mi libro de El nombre de la Rosa, lo leí y releí, he perdido la cuenta. Anoté al margen y borré porque la información no era válida. Me introduje en la época por motivos docente bastantes años más tarde, cuando recomendé a un alumno, que por cierto era salesiano, que hiciese un trabajo sobre Teofrasto, el que heredó la escuela y el patrimonio de Aristóteles... llegamos a varias conclusiones interesantes que no dejan de ser simples hipótesis... ya te las cuento otro día :))
Un abrazo y gracias por tener esas musas liofilizadas.
En cualquier caso se me complica...
BorrarCreo que sería interesante conocer esas conclusiones. Es una época apasionante, lástima que mi conocimiento sea tan escaso sobre la misma.
Gracias, abrazo!
Estuve a punto de embarcarme en la colección que mencionan, pero otros gastos me detuvieron. Seguramente me arrepentiré, porque estos libros no van a aparecer como titulos de saldo en las librerías de usados como han sucedido con otros de colecciones similares.
ResponderBorrarSaludos don Oso!
Bueno, como consuelo te los puedo ir prestando.
ResponderBorrarAlgo es algo, che...
Abrazo
Más vale Eco en mano, que llevado por la brisa...
ResponderBorrarExcelente reseña Oso. Yo la leí siendo adolescente y muchas situaciones históricas no las entendía, pero la disfruté en el nivel que comprendía y la trama garpa igual (aunque no se conozcan aspectos históricos). Claro que si la releo hoy en día disfrutaré otras cosas. Pero la dejaré para más adelante, cuando la cara de Sean Connery se vuelva un poco borrosa, aunque no se si eso suceda
ResponderBorrarAbrazo!
Yo siempre insisto en que tiene como diferentes capaz de lectura y uno la puede disfrutar desde donde la lea.
BorrarMe llamó la atención que hace uno o dos años la leyó mi vieja, que no tiene ninguna formación especializada y se maravilló igual.
Abrazo