Nuestras limitadas crónicas, circunscriptas siempre al taquito de Santa Fe, versan acerca de fenómenos que suceden en la fracción de territorio comprendida entre los arroyos Pavón y Del Medio, el río Paraná y una difusa frontera sudoeste. Innecesaria pero ocasionalmente útil información suministrada por un cronista tan local que descree de la existencia de míticos parajes supuestamente santafesinos con inverosímiles denominaciones. Poblados como Chañar Ladeado, Malabrigo, Elortondo, Pozo Borrado, Venado Tuerto, Arroyo Seco, Berabevú, Los Quirquinchos o Godeken, sencillamente no pueden existir.
Valga esto como muestra y advertencia de que todo cuanto aquí se diga tiene validez dentro de los límites arriba descritos. Módica aventura, se dirá, pero vayamos al grano...
Los villenses somos autorreferentes.
El lector notará que la oración anterior es una desembozada autorreferencia. Esto no es extraño si consideramos correcto el aserto que precede.
Tampoco resultará extraño escuchar en cualquier conversación expresiones de esta naturaleza: "como yo siempre digo...", "vos tenés que hacer como yo, que...", "a mí no me pasa lo mismo que al bobo de tal, yo en su lugar...".
Uno tendrá la oportunidad de oír a respetables políticos invitados a programas de radio manifestar curiosas autorreferencias en tercera persona. El distinguido señor Fulano Fulanetti, verbigracia, dirá: "el Fulo... bueno, el Fulo era un excelente jugador de fútbol, bla, bla, bla... el Fulo se convirtió de pronto en alguien que se sentaba la mesa de reconocidos... y así fue que el Fulo llegó a ser..." Curiosísimo.
Uno verá en la tele a la funcionaria Mengana Menganazzi expresarse más o menos así: "Lo digo para que no se diga que la Menganazzi dijo tal o cual cosa, por lo tanto recurro a ustedes para que se difunda la verdad sobre mi labor al frente de...". Notable.
Consultado sobre el repertorio que desplegará en la peatonal, algún cantante dirá: "el mismo que realicé en mi gira por Paraguay", por las dudas de que el reportero -y la audiencia- no hubiera tomado debida nota en su momento. Cierto pudor del reportero le impedirá seguir haciendo preguntas.
"¡Yo ya lo denuncié! Si me hubieran hecho caso a mí...", exclamará indignado un vecino más preocupado porque quede claro que dijo algo interesante que por el problema que parece referir.
En el ámbito académico, todo trabajo de investigación o informe producido por uno o más villenses se destacará -esto es obvio ya- por las autorreferencias. Qué autor villense se resignará a elaborar un informe que carezca de alguna autorreferencia bibliográfica. Ningún docente o investigador en sus cabales dejará de citarse si ya tiene publicaciones anteriores. Impensable. Y si no las tiene desesperará por publicar un primer trabajo, para poder autorreferenciarse debidamente luego.
Somos autorreferentes. Y nos encanta. No vengan ahora voces foráneas a adoctrinarnos con que reconozcamos que esto pasa en otros ámbitos. Quién va a sugerir que alguien que habite parajes innombrables o de existencia no acreditada haga una autorreferencia... Reclamamos el derecho de ser únicos en esto. Como siempre digo, ya vendrán otros a copiarle -no digan que no les avisé- a este cronista que, como se aprecia con nitidez, odia ser autorreferente.
ETERNO RETORNO
Estas historias son como lanitas sueltas que la nona va ovillando en un bollito y una vez que adquiere volumen, las va desovillando para hacer algo con todas como si fueran una sola cosa. Así son estas narraciones, dichos, frases sueltas, conjeturas patinadas por una memoria tenue que -a veces- toman forma en la mano de quien las intenta reunir.
lunes, 27 de agosto de 2012
Aventurillas 05: Autorreferencias
Culis Mundi,
Villa Constitución, Santa Fe, Argentina
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Es genial el humor que inunda este texto Oso. Además de autoreferenciarte, como buen villense que se precie, te superas en cada composición. Me encanta.
ResponderBorrarAbrazos!
¡¡Gracias, doña Tinta!!
BorrarEspero que no sea usted la famosa restauradora de sus pagos capaz de convertir un Ecce Homo en un Ecce Mono... Ja!
Besos
No me molesta la autorreferencia. A veces, es necesaria. Es molesto querer evitarla, la pretension de frases como "este servidor" o "quien les habla", frases poco naturales.
ResponderBorrarY hablando de autorreferencias, no conozco que prefijo tengo que poner en blogger, para recuperar mi cuenta. Desde la semana pasada que estoy probando y no lo logro.
Ya me parecía que andaba usted jugando a las escondidas con sus lectores.
ResponderBorrarNi la menor idea de cómo recuperar una cuenta. Espero que se normalice la situación, porque debe ser bastante jodida. Si me pasa, autorreferente una vez más, a mí, no sé qué carajex hacer.
Su reclamo es innecesario.
ResponderBorrarUd. es único en esto.
Un beso.
SIL
Estimada Sil:
BorrarAgradécese la referencia -con o sin auto- enormemente.
Besos
Será porque no podemos vivir sin nosotros, jeje.
ResponderBorrarGenial lo suyo estimado Oso (como siempre)
Un abrazo
REM
Estuvo bueno eso de "no podemos vivir sin nosotros"..!
ResponderBorrarGracias, Rem.
Beso
Jaja, es muy bueno Oso! Hasta la imagen, el cartel existe por la necesidad misma de expresar algo que sin su existencia, no sería necesario. Jaja, genial!
ResponderBorrarGracias, Netoide!
ResponderBorrarYa sabía yo…que venir a visitarte después de mis días de reposo” o al menos así lo llaman” iba a ser altamente beneficioso para mi mente inquieta y como no, para dibujar esa sonrisa en mi rostro que por motivos X no disfruto últimamente demasiado…
ResponderBorrarEn conclusión, “como siempre digo” es un bonito placer entrar por éstos tus lares…
Bsazos amigo!
Muackss!!
¡Gracias, Ginebra! Y que tus cosas mejoren debidamente!!
BorrarBesos
Empecé con un nuevo blog, que tiene 3 posteos.
ResponderBorrarAhora ando en busca de lectores.