- Ma é esdrechar nlazoz, ezte iere ver zi ze levanta a Inez, jefe...
- Shhh, tonto, si quisiera levantarse a Inés no nos traería a nosotros, ni a Kevin. La invitaría a ella sola con cualquier argucia. A propósito, Ignacio, presta atención a tu línea, que se te va a enredar en aquellos camalotes. La pesca es un deporte de concentración en el que necesitas estar atento a múltiples factores como el viento, profundidad, temperatura del agua, turbidez...
- ¿Or eso uzted no pezca nada? ¿Se distrae?
- No voy a discutir contigo. Tus veinte taruchas y patíes jamás competirán con el surubí que estoy atrayendo a mis anzuelos.
- Ah, ¿y ómo lo adrae?
- Analizo todas las variables a la vez y opero en consecuencia. La pesca menor es para aprendices como tú, yo estoy para...
- ¡Uy, eztá micando! ¡ómo tira el dezdraziado!
...
- ¡M ire, jefe! ¡Zaqué un zurubí enoooorme!
- Hummm, evidentemente confundió tu anzuelo con el mío. Te dije que lo estaba atrayendo...
- Zí, zí, claro...
Un poco aguas arriba los agentes Inés Perta y Kevin Chita se asolean con diminutas tangas luciendo deslumbrantes figuras que son observadas concienzudamente por el Principal, desde una reposera de tiras plásticas sobre una pequeña barranca, disimulando sus indiscretas observaciones con unos enormes anteojos de sol. A lo lejos un grupo de lanchas parece disputar una carrera o al menos una picada acuática. Por un instante todo el grupo fija la vista en la alocada carrera que rompe la monotonía de la tarde.
- Pasan demasiado cerca del arenal, podrían encallar o hasta volcarse.
- Nzeguro zon anolezentes indresponsablez.
- No parecen... ¡Epa! ¡El último se detiene!
- No jefe, ezdá girando. ¡Y miene hazia aquí!
- Seguro es un compinche tuyo para espantar la pesca, ahora que empecé a repuntar.
- ¿Doz bagrezitoz ez repuntar, jefe?
- Llámate a silencio. Está haciendo señas, veamos qué quiere.
Los demás de acercaron, cada uno de ellos tratando de disimular un poco sus protuberancias.
- No entiendo esas señas.
- Es alfabeto mudo, Leo.
- ¡Inés! ¿Conocés el alfabeto mudo?
- Claro, es sencillo. Tuve un novio que...
- ¿Otro novio..? Bue... ¿Y qué está tratando de decir? Repite siempre lo mismo.
- Es sencillo, a ver...: cauce, arroyo, cayó, tiro, sien, grave. Pero cada vez que las repite altera el orden, está pirucho... se ve que no conoce muchas palabras, no arma frases.
- ¡Eh, usted, el de la lancha! ¡Venga, acérquese!
...
- ¡Se va! Mi Principal, ¿cómo interpreta usted esto?
- Bueno, no parece haber demasiadas alternativas. Parece que alguien cayó en el cauce de un arroyo por un tiro en la sien y está grave. ¿A alguien se le ocurre otra interpretación? No se callen las más disparatadas, podrían ser la clave de este asunto. Al fin y al cabo son ustedes los especialistas en investigaciones.
- Ehhmm, psé...
- Tengo una, señor Principal.
- Hable, agente Chita.
- Un chongo estaba cantando grave a la vera del cauce del arroyo, el otro que estaba despechado porque lo dejó por otra le dio un tiro en la sien y...
- Mmmm, estrafalario. ¿Otro?
- ¡Yo, mi Brinzipal!
- A ver, agente De Santa María...
- En el cauze del anroyo, un tipo ze cayó orque eztaba grave e un infarto y ze gonpeó la zien. ¡É lo tiró!
- ¡Buena, Ignacio, me diste una idea!
- ¿De qué habla, detective Damier? Su ayudante delira por insolación...
- Nada, jefe, tonterías...
- Bue, si usted dice tonterias, qué queda para su equipo. Inesita, ¿se te ocurre algo?
- Ayyy, síííí... que me tengo que sacar el soutien para tostarme la espalda, ¿podrían mirar para otro lado?
- Bien, como representantes de la Ley constituida no podemos dejar pasar esto, actuaremos inmediatamente. Leo, ¿tiene idea de si hay algún arroyo que desemboque en el Paraná en las cercanías?
- Claro, jefe, el Arroyo del Medio que separa las provincias de Santa Fe y Buenos Aires.
- Van inmediatamente...
- Señor, disculpe, el Arroyo del Medio tiene muchos meandros cerca de su desembocadura. Será difícil.
- ¡Qué me interesan los ordinarios nativos de este lugar! ¡Van los tres inmediatamente a internarse en el arroyo!
- ¿Los tres? Somos cuatro...
- Inés se queda, así completa su tostado, mientras yo velo por su seguridad.
- ¿Vio, jefe? Ne dije...
- A veces tienes razón, Ignacio, vamos.
- Ero, jefe, no tenemoz lancha hazta e mengan a buzcarnoz esda noche.
- Pero tenemos este bote a remos y tú y Kevin necesitan sacar unos buenos tubos. En media hora llegaremos.
- ¡Yo saco! ¡Yo saco!
- Calla, Kevin... ¡A los remos!
- Jefe, iremos con sol de frente. Voy por mi pantalla solar...
- ¡Patada solar te voy a dar, inútil!
- Jefe... uda breguntita...
- Dime, Ignacio.
- ¿É vamoz a muscar en el adroyo?
- No tengo la menor idea. Cauce, arroyo, cayó, tiro, sien, grave. Sospecho algo indefinido, algo está mal en esto. A veces tenemos las cosas a la vista y no las vemos. Déjenme pensar.
- Ero el Brinzipal zí e la ve a Inezita...
- No sé qué le ve a esa modelito insulsa.
- Allate, Evin, or empezar ve doz cozaz que a voz no te ve.
- Eso porque el gordito no quiere. Tengo mis encantos. ¿Querés que te muestre, Ignacio?
- Do, grazias, prefiero encondrar al tipo on los zezoz afuera...
- Silencio, allá veo atracada una de las lanchas que vimos pasar. Acerquémonos sin hacer ruido.
continuará
No me gusta el personaje de Kevin Chita, no me parece que contribuya mucho. Ines Perta sí contribuyó, además ser la mujer deseada, reveló tener un conocimiento útil. Y es posible que tenga más sorpresas.
ResponderBorrarInteresante inicio.
Repito que tenés autorizado la inclusión de personajes como Mara Laira, Regina Clámor y cualquiera que te parezca compatibles con los casos de Leo Damier. Incluso nuevos personajes como Anita Zinc.
Saludos.
El agente Chita me sirve para tirar algunos chistes que tratan de ser sutiles y a lo mejor son solo para mí, peor me río mientras los escribo.
BorrarYa está en carpeta una de tus musas!
Abrazo!
Buen inicio. Ver el título "Los Casos de Leo" en mi blog, ya me predispone para el buen humor.
ResponderBorrarEl paisaje que planteaste (Paraná y pesca) da para mucho así que espero con ansias las próximas entregas.
Hoy mismo le meto presión a mis amigos que se están haciendo los dolobus y prefieren pasar los fines de semana encerrados en lugar de tomar unos matienzos o unos vinitos, guitarrear y ver las estrellas (como veras caña yo no llevo), a la vera del Paraná, el Uruguay o alguna lagunita de Bs As
Abrazo!
Tengo la idea general, pero se me cuelan inconsistencias, así que le doy vueltas y vueltas.
BorrarTus amigos deben ser del estilo de algunos de los míos que se excusaron de un asado por nimias razones. Hay que aleccionarlos!!
Abrazo
- "...Señor, disculpe, el Arroyo del Medio tiene muchos meandros cerca de su desembocadura. Será difícil.
ResponderBorrar- ¡Qué me interesan los ordinarios nativos de este lugar! ¡Van los tres inmediatamente a internarse en el arroyo!..."
Buenísimo! No te imaginas como me divierten estas historias, por supuesto quedo a la espera del “continuará”
Besoabrazo estimado Oso.
REM
Buenisimo, si puede arrancar una sonrisa, vale la pena.
BorrarBesos!
Interesante historia Oso, creo que te conozco del blog de Netomancia. Te sigo vamos a ver como sigue...
ResponderBorrarmariarosa
Bienvenida, María Rosa. Puede ser que nos hayamos cruzado en lo de mi amigo Neto.
BorrarSi leíste las dos partes, vas a tener que usar un poco de paciencia porque estoy escribiendo poco. Gracias por tus palabras.
Beso