Hace unos años empezamos a remarla.
La remamos en dulce de leche, en lava, subiendo las cataratas... Manifestamos que realizamos acciones para conseguir alguna meta, pero que estas acciones son arduas, duras, costosas. O simplemente estamos diciendo que no bajamos los brazos ante un escenario adverso. Y nos gusta decirlo, nos causa gracia o al menos nos parece una imagen más que adecuada para involucrar esa variedad de aspectos en los que ponemos empeño con una sencilla expresión.
Esta imagen puede resumirse así, si se me permite: el tipito (o la tipita) está sentadito en un botecito, solito mi alma, dándole a los remos ante condiciones naturales adversas o amenazantes. La voy remando...
Y hoy se me ocurría que el estar remándola vino a sustituir a expresiones que se escuchan cada vez menos como: acá estamos, en la pelea o en la lucha que eran comunes en otro tiempo. Y como en esta altura del año uno a veces trata de unir algunos cabos, me preguntaba por la diferencia entre las expresiones. Y me preguntaba no para ganar nada, sino para tratar de no perder todo, que algo chiquito quede aunque más no sea entre los dedos cuando colamos el tiempo que se nos escapa.
Se me ocurría que uno rema ante condiciones que considera naturales, en las que no hay un otro definido. Y que uno lucha contra algo o alguien, cuando intuye un otro definido. Y hay otros cuando decimos acá estamos, la peleamos.
Se me ocurre que son aserciones que nos pintan. Que no somos mejores ni peores que años ha. Pero que somos distintos. Y se me ocurre que no es trivial la sensación de remarla solito mi alma ante quién sabe qué inclemencias. Que nos está costando encontrar al otro, el que se nos opone como el que nos da una mano.
Quizás sea porque nos resulte más sencillo institucionalizar al otro cuando nos es adverso, ponerlo del otro lado y a partir de ahí reducirlo a la nada. Quizás porque confundamos al otro entre parvas de imágenes que nos marean. Quizás porque estemos empezando a creer que ningún otro vale la pena, lo qué en verdad sería para entristecer. Y más largos quizases.
Sin embargo, también se me ocurre que a lo largo del año vivido -si nos ponemos a contar los porotos de los momentos alegres, plenos- muy extraño nos resultaría encontrar felicidad que no haya sido compartida. Que a pesar de las aserciones -que, insisto, nos pintan- valoramos la lucha, los juegos, el laburo, la fiesta, cuando los otros estaban ahí.
De alguna misteriosa manera la presencia del otro nos hace posibles. Nos da sentido.
Comparto este recuento de porotos de momentos que valieron la pena con vos que sos uno de los otros que los hicieron vivibles, remándola o peleándola, qué importa.
Primera y solita mi alma, te mando un beso de seguir en la lucha.
ResponderBorrarMirar hacia adelante equivale de una manera a seguir la lucha, lo que no es poco querido amigo, significa que estamos vivos y si compartimos con alguien, mucho mejor.
ResponderBorrarY ya que de eso hablo comparto con ud. la necesidad de que entre todos pongamos nuestro granito de arena para hacer de éste un mundo mejor.
FELIZ NAVIDAD!!!!
Besos y abrazo.
REM
Remarla...pues a mi me parece una buena expresión...y tienes razón en la reflexión final...si merece la pena todo lo que pasó este año, no fueron los hechos, sino las personas que conocimos, con las que compartimos y quienes nos hicieron vivir experiencias compartidas, las que hacen que se forme ese poso que el tiempo no borra porque se queda grabado en el corazón de la gente. Y gracias a eso podemos seguir "remandola"...
ResponderBorrarBesos Oso y ¡feliz año!
Hay un chiste: "le dicen remo, porque nació pavote". Y sin embargo, el que la rema, lejos está de serlo. O bien, según la óptica, si la rema es porque si, porque no fue lo suficientemente vivo para lograr una tranquilidad.
ResponderBorrarRemarla es no resignarse. El que rema avanza, a menos que la corriente esté muy en contra. Sin embargo, el que no rema corre el peligro de ser llevado hacia atrás y perderse en el horizonte.
Gran reflexión Oso, es buen pensar estas cosas, no es una pérdida de tiempo, al contrario, hay que pensar este presente para construir un futuro.
Un gran abrazo y feliz fin de año (y mucho mejor comienzo del próximo!).
no hay felicidad si no es compartida...
ResponderBorrarinteresante texto, te invito a leer el mío, tocamos temas parecidos... y de paso te deseo un muy feliz 2012!
abrazo con un brazo (con el otro llevo el remo)
Así es amigo, todo carece de sentido si no hay con quien compartirlo…
ResponderBorrarGracias pues por estar ahí, compartiendo y escribiendo, creando adictos a tu compañía y lectura, de la cual he disfrutado y espero disfrutaré en años venideros ;-)
Un abrazo y mis deseos de felicidad para ti en este año que comienza…
Bsazos!! Muackss!!