Cuando el fiel de la balanza
pende, duda, indeciso,
cuelga de él tu memoria, tu incerteza,
el estado de tus cuentas con quien tuviste a tu lado.
Y aquel que mira de lejos
en perfecta sintonía con el oleaje de tus piernas
percibe arte lunar en alero tumultuoso de cintura
desgranando letanía de suspiros que persisten.
Entonces el tiempo clama que la aguja se detenga,
caiga la justa venda de quien mirando no mira.
Aqui y allá se cernía, en reparto de señales
y el plato que más pesaba era aquel menos notorio
pues olvidos y penares ahuecaron el durazno
que sangre ya no contiene,
y las lágrimas no pesan.
Y el fiel, que no lo era tanto, se detiene en este instante,
para apuntar claramente
el recinto diminuto de aquello que no sabemos
si cobija objeto alguno.
Saliéndose de la escala,
ganando el aire fluido
semeja ya un estilete, una daga,
que atraviesa la coraza
para herir allí en el hueco.
Para herir o para hacer reaccionar.
ResponderBorrarBesos
SIL
"para herir allì en el hueco"
ResponderBorrarun lugar lleno de sorpresas
quine sabe si alguna vez no guardarìa mas que un objeto, un señuelo de amores olvidados
tal vez
solo depende del tal vez
Precioso lo suyo don Oso.
Beso♥
Recinto diminuto, que alberga de todo, pero resguardo solo lo bueno.
ResponderBorrarMuy bueno don Oso!
a ver... si no te avispás con esto que más necesitás?
ResponderBorrargrande Oso!
SIL:
ResponderBorrarO simplemente porque sucede...
ROMI:
Muchas cosas dependen del tal vez, quizás demasiadas.
NETO:
Y sí, hay que hacer lugar y sacar las rémoras.
DIEGUITO:
Algo así, jeje!
Gracias gente linda!!