Me pregunté si ese artefacto además podría volar. A primera vista se trataba de una especie de batiscafo, una de esas naves para la exploración de fosas marítimas. Se lo veía tan reluciente y tan endeble a la vez que las preguntas se atragantaban antes de salir. Por eso preferí que Frederick se explayara en su relato y sus explicaciones a gusto.
Las había oído muchas veces y las más de ellas se me entremezclaban con las fábulas que desde siempre hemos oído, que Newton fue una reencarnación de Galileo casi automática después de la muerte de este, que Trump es Nerón y que el Conde de Saint Germain, bueno... se reencarna siempre en sí mismo.
Frederick gesticulaba y no paraba de hablar mientras ponía a punto su artilugio. Lo llamaba metempsicorganón, con él pretendía explorar las continuidades de ciertos espíritus en distintos armazones corporales. El método conjugaba -según sus palabras- lo más exquisito de la ciencia con lo más osado de la tecnología disponible, pero también supo contratar médiums, analistas de constelaciones familiares, exorcistas destacados y astrólogos intachables como consultores.
Calculó que debía sumergirse y hacer girar a velocidades asombrosas en las cercanías de un volcán submarino activo, por eso estábamos en un sofisticado laboratorio camuflado como pesquero en las costas de la isla de El Hierro, en Canarias.
El metempsicorganón -decía- consta de dos compartimientos. En uno de ellos debe colocarse en un recipiente material genético de quien queremos analizar su secuencia de mudanza espiritual. En el otro, comfortably numb, conectado al corazón del sistema se instala el observador, el verdadero medium de la posmodernidad, quien tendrá la posibilidad de visualizar la secuencia. La computadora central guarda datos fiables de un par de millones de personajes relevantes de todo el mundo. Cuando ella detecta en la secuencia alguien de la base, comienza su trabajo de comparación y organización de datos.
Para facilitar la experiencia, sumerge al observador en una recreación digital, al modo de realidad virtual, de la vida, muerte y revivicación, que podrá adelantar y retrasar a su merced con los dedos de su mano derecha.
Jamás sospeché lo que vendría. Yo sería el observador del viaje iniciático. No fue difícil extraer algo de mi material genético. Me adormecía mientras sentía sumergirse el artefacto y trabajar frenéticamente la computadora y los analizadores electroquímicos.
Aquí me hallo, recorriendo mi vida como parte de otras vidas. Una nebulosa revuelve mi diferenciación de un antepasado simiesco. Esclavo en Súmer, capitán de Aníbal Barca, copista de los LXX, domesticador de papas en Pisac, guillotinado en París revolucionario y obrero de saladero en Argentina.
También fui mujer, me sorprendo criando ganado en China, esposada a los siete años con un señor de las islas de donde no se pone el Sol, arquera en Masada, prostituta en Rouen, cocinera en Lima.
Pierdo toda referencia temporal. ¿Estuve una hora aquí? ¿Minutos o días? No logro diferenciar. Mientras mis dedos juegan tamborileando las idas y vueltas de mi espíritu comprendo que no volveré a ver la luz del día y que el tiempo de mis mudanzas debe ser lo que llaman eternidad. Y me siento en paz. O al menos la deseo.
Más y mucho más interesantes relatos basados en Steampunk en La Trastienda del Pecado, el blog de Mag
Muchísimas gracias por sumarte a esta complicada convocatoria. Acertar a escribir una historia en 350 casi imposible. Yo he sido la primera que me he saltado la norma.
ResponderBorrarSegundo, sobre tu texto. No puedo menos que felicitarte por la historia. Viajes temporales, reencarnación... todo los ingredientes para una estupenda narración steampunk.
De nuevo, mil gracias por ello y por hacerme disfrutar.
Un beso muy grande y nos vamos leyendo.
Apenas vi la convocatoria y habiendo visto un ratito antes lo de volvanes marítimos en Canarias, se me ocurrió empezar sin saber dónde llgar. Y después se fue haciendo solo.
BorrarGracias, Mag. Por demás de intersante la convocatoria.
Que gran historia, le tecnología del vapor combinada con la investigación de las almas.
ResponderBorrarEl detalle es que nadie dijo que se detendría en la vida actual. Riesgos de la experimentación de tecnología en prueba.
Me da un poco de envidia. Y además le gusto a Magade.
Saludos.
PD: Extraño los casos de Leo Damier, lo que incluye extrañar a Inés Perta.
Gracias, estimado Demi. "Son riesgos que se corren", me dijo un amigo que sacó a bailar a una chica que él mismo decía que era muy fea y terminó casado y con 3 hijos con ella. Ja!
BorrarEn cuanto al amigo Leo Damier. Tengo un caso empezado hace más o menos un año, pero como me siento poco y nada a escribir y leer los blogs, no termino de redondearlo. Se trata de los meteorólogos televisivos Aitor Menta y Diana Dapacible, uno de los cuales se descompone en cámaras mientras nuestros detectives descansan mirando justo el programa. Si logro componer todo, tengo una nueva historia de Leo y la tropa.
Abrazo
que apabullante despliegue de referencias! que no etsoy seguro, pero parece prestarse a este tipo de ciencia ficcion del pasado; por el toque legendario.
ResponderBorrarhaces honor a tu frase... buenos principios y fatales finales
me ha encantado.
saludos
Gracias, Gabilante. Me gusta traer las referencias que decís. Me alegra verte por aquí.
BorrarAbrazo
Una forma de muerte mucho más consciente quizás... escudriñar en nuestras reencarnaciones pasadas tal vez sea la única manera en que desarrollemos la empatia necesaria para comprender que el dolor del otro de alguna forma es el propio, ya que todos hemos sido/somos/seremos tanto esclavos como reyes
ResponderBorrarMe quedé pendando en la idea que decía, que no se me había ocurrido. Está buenísima. ¿Comprenderemos algún día?
BorrarBesos
Una muy buena historia me has dejado loca, desde luego te has esmerado y de lo lindo.Tal vez no estemos muy lejos de lo que dices hacerlo realidad.
ResponderBorrarUn abrazo y feliz noche.
Gracias, Campi. Tenía muchas ganas de escribir algo, y por primera vez veo la convocatoria antes de que sea tarde, jajaja.
BorrarBesos
Wow, me dio un poco de envidia, eso de andar viendo otras vidas en diferentes lugares, creo que tenemos esa incógnita de saber que fuimos en el pasado, quizás eso sea parte de un presente?
ResponderBorrarPero al final te sientes en paz, eso es grandioso:)
Un abrazo!!
Y encima que esa vida era propia y no lko sabías!
BorrarGracias, Cecy. Besos
Me llamó la atención lo del exorcista, no creo que la iglesia apruebe esas prácticas ateas...
ResponderBorrarLo demás increíble, casi con ganas de que nos cuentes más.
Un placer leerte
Saludos
Buen ndetalle lo del exorcista, ja! Pero bueno, siempre hay un roto para un descosido decimos acá.
BorrarGracias, Charly. Abrazo
Hola Oso! Qué bueno ver acción por acá.
ResponderBorrarQué otra cosa hace un buen escritor que tratar de imaginar todas las vidas que no puede vivir realmente.
Seré curioso: ¿En qué época, prostituta en Rouen?
Abrazos azulgranas!
Un poco de acción siempre es bueno! Sobre todo si se trata de visitar amigas generosas en Rouen.
BorrarMe quedé pensando en lo del escritor. Como diría un viejo personaje de mi ciudad: no está muy lejos el culo del calzoncillo!
Abrazo de vamo a volvé!
lo bueno acá es que volviste...
ResponderBorrarme gustó lo de China porque justo estoy leyendo algo de eso...
Abrazo quemero!!!
JLO querido! Tanto tiempo, bueno, cosas de la cuarentena esto de volver.
BorrarEso de la China fue antes de quer inunden el muindo con autoservicios!
Abrazo de cuervo a quema!
Extraordinario tu relato, Oso. Lo he leído dos veces para saborearlo mejor. Lo de saladero en Argentina después de ser copista de la Septuaginta y domador de papas es muy gracioso. Fascinantes esas idas y venidas de experimentación genética y espiritual pasando por las múltiples vidas para dsrsese cuenta tu personaje que ha entrado en la nebulosa de la eternidad. También me gusta mucho el ritmo narrativo y el tono.
ResponderBorrarUn gran abrazo
Gracias, Myriam. Amontoné varias cosas que se me fueron ocurriendo.
BorrarY de alguna forma lo tenía que cerrar, jajaj}
Besos
Me he quedado patidifusa, ¡que ingenio! Que pasada! Has sabido mezclar tecnología con reencarnación, constelaciones y mediuns. Me encanta tu relato. Besos.
ResponderBorrarGracias, Inma. Me alegra que haya gustado!
BorrarBesos
Llego un poco tarde, lo siento. Un abanico de imaginarais para definir una artefacto, y lo haces muy bien. Resulta inquietante, cuando en primera persona nos sumerges en ese cacharro detector de vidas. Muy inquietante, y bien descrito. Un buen relato.
ResponderBorrarUn abrazo
Gracias, yo también llego tarde a leer. No me gusta hacerlo a las apuradas.
BorrarBesos
¡Qué interesante tu relato! Un artefacto para vivir miles de vidas...
ResponderBorrarPerdón por la tardanza en leerlo.
¡Besos!
Gracias, Dafne, no creo que tardes más que yo, que me conecto muy a las perdidas.
BorrarBesos
Muy buena historia, me sorprendiste con esta de ciencia ficción (¿?) Nadie puede asegurar que en realidad no hayamos vivido otras vidas, todo puede ser posible …
ResponderBorrarAhhh te cuento que me ganó de mano Demiurgo , yo tbn extraño a Leo y su troupe.
Abrazobeso estimadísimo Oso, espero estés bien.
REM
Gracias, estimada Rem. Ya volverá Leo, me estoy teniendo un poco de paciencia. Ganas no faltan, por ahora faltan posibilidades.
BorrarBesos