ETERNO RETORNO

Estas historias son como lanitas sueltas que la nona va ovillando en un bollito y una vez que adquiere volumen, las va desovillando para hacer algo con todas como si fueran una sola cosa. Así son estas narraciones, dichos, frases sueltas, conjeturas patinadas por una memoria tenue que -a veces- toman forma en la mano de quien las intenta reunir.

jueves, 21 de septiembre de 2017

Gente ignota: Chappe II

Claude Chappe
1790: - Claude...
- Dime, Ignace...
- Te la pasas jugando a las burbujitas. Necesito que me prestes atención, ¡soy tu hermano mayor!
- Te he prestado suficiente atención, así como el poco dinero que pude ahorrar de mi sinecura religiosa. Sería momento que me devuelvas un poco de cada una de esas cosas, ¿no te parece?
- Es que estás todo el tiempo con tus experimentos de burbujas explosivas...
- Estoy buscando el modo para volver a tener una vida digna, Ignace, sobre todo para mamá, que no está acostumbrada a pasar apuros.
- ¡Ja! Haciendo globitos como los niños...
- No es para niños. Mira. Hago una burbuja con este gas que tanto ha estudiado Lavoisier y...
- No veo nada. Es aire.
Antoine Lavoisier
- Es un gas extraño. Lavoisier lo llamó hidrógeno, porque con él puede producirse agua.
- Fantasías...
- Y además, este gas es combustible.
- Más fantasias. Los combustibles son líquidos como el petróleo o sólidos como el carbón. ¡Jajaj! ¡Gases, qué fantasía!
- Ignace, ¿ves esta gran burbuja de hidrógeno?
- De aire, dirás.
- Si le acercamos un tizón encendido o le cae un rayo, podría explotar.
- ¿No tienes un cuento de gallegos? Este me aburre.
- Eres un necio, Ignace...
- Probaré acercarle un tizón del hogar y desmontaré tus fantasías de un solo reventar anodino de burbujas. A veeerrrr...
- ¡No, Ignace!
¡¡Booommm!!
- ¡¡Aaauuuu!!
- Te lo advertí.
- ¡Ma mutísima mamre me mo remarió!
- Oh, tienes ampollas hasta en la lengua.
- ¡¡Mlaude, emes un gemio!! ¿E omros immentos mienes mara mosmrarme?
- Bueno, estoy diseñando un sistema para enviar mensajes a distancia. Pero necesito ayuda, solo no puedo hacerlo. Solo si me devolvieras un poco de atención...
- ¡Mamos a ma omra!

Sistema sincronizado
marzo de 1791: -¡Attention, mesdames et messieurs! Quiero mostrarles el invento más revolucionario desde la rueda y la imprenta.
- [multitud] ¡Ohhh! ¡Qué interesante! ¡A ver! ¡A ver!
- ¡Se trata del incomparable sistema sincronizado!
- ¡Ohhh! ¡Sincroni, ¿qué?!
- Es una especie de reloj de péndulo que señala el número a transmitir visualmente. Una serie de números responde a diferentes códigos y asi pueden transmitirse palabras o ideas.
- ¡Ohhh! ¡¡Chappe genio!! ¡¡Ídolo!!
- Veo que entendieron. Mejor así, porque...
- No entendieron nada, Claude. Pero, como suele suceder con la multitud ignorante, suponen que un discurso inextricable equivale a erudición.
- Disculpe... ¿Usted es..?
- André François Miot de Mélito, para servirle. Mi amistad con su hermano Ignace me trajo hasta aquí. Él dice que usted es un genio y yo no soy quién para contradecirlo.
Miot de Mélito con su familia
- Monsieur Miot de Mélito, no imaginé que...
- Sí, me interesa. Sepa usted que mi presencia equivale a la de toda la gente de ciencia y filosofía de Francia. Así como también la alta sociedad, imagine que siendo servidor de Luis XVI, los revolucionarios me han respetado y asignado tareas. Por algo será...
- Claro, claro...
- Bien, cuénteme mas, Claude.
- Bueno, ya ideé un sistema de códigos que permite en base a una sencilla traducción enviar los mensajes sin que nadie que conozca el libro de equivalencias pueda interpretarlo.
- ¡Interesantísimo!
- En esta prueba hemos obtenido un resultado satisfactorio enviando mensajes por 14 kilómetros entre Brulôn y Parcé.
- ¡Ohhh! ¿Y cómo saben que llegó el mensaje?
- Bien, pensé en todo. Hay una campana que puede hacerse sonar para...
...
- Monsieur, ¿me escucha?
- Ehhh, sí, sí, perfeccionalo, ¡me tengo que ir!
- ¿Por qué ese apuro, monsieur Miot de Mélito?
- Es que se acercan los seguidores de Robespierre, ¡todo lo extraño que ven y no comprenden, lo creen una conspiración monárquica!
...
¡Trac! ¡Socotroc! ¡Crash!
- Noooo, ¡mi preciado invento! Snif...
- ¡Llámese a silencio! Usted fue clérigo, ¡no nos engaña!
- Sí, snif... pero... con mi hermano Ignace Chappe hemos... snif...  decidido unirnos a la revolución.
- ¿Ignace Chappe? Oh, es un digno revolucionario.
- ¡No lo puedo creer! ¡Tanto trabajo destruido!
- Le ayudamos, señor, estas astillas servirán para algo. Allá hay unas manecillas de reloj, más acá un péndulo. Le juntamos todo y se lo armamos. Disculpe, ¿vio?
- Basta. Esto solo servirá para darme más impulso. Exigiré una presentación en la Asamblea Nacional.
- Recuerde, Chappe, que últimamente los que se presentan a exigir a la Asamblea son guillotinados...
- Glup... Tampoco tengo tanto apuro.

Asamblea nacional
marzo de 1792: - Señores de la Assemblée Législative, hemos solicitado audiencia para mostrar las bondades de un nuevo sistema de comunicaciones que rendirá muchos frutos a Francia.
- Chappe, no venga con artefactitos inoperantes, el país está asediado por muchos frentes, externos e internos. Inglaterra, Prusia, España, Holanda y Austria -países monárquicos- ven con malos ojos nuestra revolución republicana y hostigan nuestras fronteras. Incluso en Marsella y Lyon tenemos focos de reacción de los partidarios de Luis.
- Espero que la Asamblea sea sensata y entienda que nada puede servir de mayor provecho a Francia que un sistema de comunicación que logre conectar a todo el país para organizar la defensa y difundir la revolución.
- ¡Ja! Para eso tenemos correos de postas y palomas mensajeras, funcionan a la perfección. ¡Váyase, Chappe, con sus artilugios a entretener a los tullidos de la guerra!
- Antes de irme, espero me respondan esta pregunta. ¿Cuánto es lo mínimo que tarda un mensaje en llegar de París a Marsella con sus medios infalibles?
- Bueno, son más de 600 kilómetros. En solo cuatro días de buen tiempo, con celeridad y sacrificio, podría hacerse.
- Supongo que con mi sistema -si la Asamblea me apoya con algunos dinerillos- podría hacerse en una hora.
- [coro] ¡¡Una hora!! ¡¡¿Usted está loco?!!
- Bueno, eso es todo, me voy. Si me quieren comunicar algo, los espero en una semana, ¡je!
- ¡Espere! Contará con nuestro apoyo. Pero si no funciona...
- Ya sé, la guillotina... No duden en que se les va a oxidar.
...
- Claude, ¿estás loco? ¡Es imposible!
- Nada de eso, Ignace.
- ¿Y cómo piensas hacerlo?
- No tengo la menor idea, pero conseguimos unos fondos. ¿No era lo que buscábamos?
- ¿A cambio de tu cabeza?
- No será así. Para eso tengo a mis hermanos Ignace, René, Abraham y Pierre, que no permitirán que eso suceda.
- Seguramente, pero... ¿cómo lo harás?
- Tranqui. Algo se me ocurrirá.

septiembre de 1792: - Ignace, ya tengo el diseño, pero estoy trabado con el mecanismo y con los códigos necesarios para transmitirlos.
- Tengo la solución. No te muevas de aquí.
...
¡Toc! ¡Toc!
- ¡Adelante!
- Bonjour, Claude. Sé que me necesita.
- ¡Monsieur Miot de Mélito! ¡Ha vuelto!
- Bueno, los problemas del poder me tienen un poco a mal traer. Apresaron a Luis XVI y parece que lo condenan a muerte. La guillotina está a la orden del día.
- ¡Grap! Mi cogotito...
- No se preocupe, Claude, por ahora. Le traje a un amigo experto en relojería que podrá ayudarlo. Su cabeza aún es valiosa. Le presento a Abraham Bréguet.
- ¡¿El gran Bréguet?!
- El mismo que hace relojes y funcionan por largo tiempo. He vuelto de Inglaterra solo para colaborar con su proyecto.
- Bien, mire estos planos, necesito un mecanismo que moviendo estas manivelas copie la posición de las mismas a un sistemas de paletas que...
- Lo estoy imaginando...
- ¿El sistema? ¡Buenísimo!
- No. Imagino cómo rodará su cabeza. Ese mecanismo es demasiado complejo.
- ¡Ouch!

octubre de 1792: - Claude, ya tengo a quienes te ayudarán con los códigos necesarios. ¡Leon y Prosper Delauney!
- ¡¿Nuestros primos?! ¿Qué saben estos vagos golfantes de códigos?
- Se la pasan entretenidos engañando gente, Claude, hablando cosas que solo entienden entre ellos.
- ¿Y crees que las ideas de estos diletantes servirán para algo?
- ¿Tienes algo mejor?

Bréguet
fines de 1792: - Claude, debo irme a España.
- Monsieur Bréguet, lo necesito conmigo para terminar el proyecto.
- Voy a diseñar un sistema de comunicaciones allí.
- ¡¿Qué?! ¡Se roba mis ideas!
- Nada de eso, haré algo mucho mejor. Ya verá.
- ¡Traidor!
- ¿De qué te quejas? Diseñé el mecanismo que me pediste. Ya te dejé todos los planos.
- Espero que funcione, de lo contrario le pediré a mi hermano Ignace que le haga llegar mi cabeza envuelta como regalo.
...
- Claude, debo irme a Italia.
- ¿Usted también me deja, monsieur Miot de Mélito?
- Estemmm, pero le dejo algunas ideas.
- ¿Ah, sí? ¿Cuáles, que no me enteré?
- Le dejo un nombre apropiado para su invento que aún no vio la luz y no sé si la verá.
- ¡Ja! Excelente aporte, dígame.
- Bueno, son dos.
- Tire de a uno, que atajo.
- ¿Qué le parece semáforo? He creado este término que proviene del griego sema -que significa señal- y foro, un sufijo que signifca llevar, portar. Semáforo es el que lleva señales. ¿No le parece genial?
- ¡Uh, terriblemente genial! Tire el otro antes de que me duerma.
- Telégrafo.
- ¡Ja, horrible!
- También del griego, que resulta culto y a los rústicos de la Asamblea les caerá bien. El término telos significa a lo lejos- y graphos, escribir.
- Semáforo o telégrafo, pésimos nombres, pero sugeridos por alguien influyente como usted... ¡Me niego a usarlos!
- Recuerde que si no cae simpático a la Asamblea quizás no necesite peinarse nunca más.
- Grap, dejemos telégrafo. Quizás semáforo pueda usarse para otra cosa en el futuro.

[continuará]


NOTAS

1790: Claude experimenta con los nuevos descubrimientos físicos y químicos con el fin de obtener sustento para su numerosa familia. Ignace decide apoyarlo.

marzo de 1791: Presenta en Brulôn, un sistema de comunicaciones por señales basado en relojes. Como otros de sus sistemas terminan destruidos por los grupos radicalizados, bajo sospecha de complicidad con la monarquía. Chappe no se asusta y diseña otros sistemas con señal de control de recepción de mensajes. Miot de Mélito, un influyente de alta sociedad, que supo navegar entre la nobleza y el populacho, se interesa en sus desarrollos.

 marzo de 1792: Su hermano Ignace lo presenta a la Asamblea Legislativa. Al principio no le dan importancia, pero logra convencerlos de que su trabajo puede interesar a los fines revolucionarios.

septiembre de 1792: Con Luis XVI finalmente depuesto y camino a la guillotina, Miot le presenta al famoso relojero Abraham Bréguet, quien soluciona el mayor inconveniente del nuevo invento revolucionario de Chappe: operar su sistema de forma sencilla, lo cual requería de un complicado mecanismo que excedía sus conocimientos en el área.

 octubre de 1792: Sus primos Leon y Prosper Delauney diseñan el sistema de símbolos necesarios para codificar casi cualquier tipo de mensaje, aun sin la existencia física del aparato que Claude pergeñaba.

 fines de 1792: Bréguet se lleva algunas de las ideas de Claude a España, pero sin la inventiva suficiente tarda en diseñar un sistema similar, que de todos modos resultó inferior al de Chappe. Su sistema de relojería quedó casi terminado, pero Chappe no tenía la seguridad de que sea eficaz. Miot se va a Italia y negociará con los Bonaparte su participación en Francia. Él propone los términos inventados semáforo y telégrafo para el nuevo sistema. 

7 comentarios:

  1. Que complicado para el inventor de tu historia, inventar algo y afrontar una época tan turbulenta.
    Que bien contado.

    Saludos.

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    1. Tal vez por eso haya pasado desapercibido en el medio de todas las historias resonantes de la Revolución Francesa.
      Abrazo!

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  2. Pobre Claude, nació en un momento que no lo entendía, hubiera nacido ahora que ya todo eso estaba inventado y listo; sin tanto problema.

    Fuera de broma, muy interesante.

    mariarosa

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    1. Es cierto, jajajaj, si hubiese nacido unos años después, se ahorraba problemas.
      Besos!

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  3. ¡clap clap clap! ¡Genio!
    En esta parte de la historia lograste una gran combinación de historia, drama, humor y suspenso.
    Me encantó! Meno mal que no leí nada de Chappe, que me cosí los dedos.
    No sabía que el tipo había estado en medio de todo el bolonqui. Increíble que haya pasado tan desapercibido y no se encuentre entre los grandes nombres de esta etapa tan crucial de la historia. Pero bueno, ya en la próxima me contarás cómo se desarrolló todo.
    Lo del hermano Ignace cuando estallaron "las burbujitas" me hizo mucha gracia... ¿un tatara-tatara abuelo del gran Ignacio ayudante de Leo Damier? ¿Puede heredarse la gangosidad genéticamente por accidentes como ese? ¡De lo que uno se entera! jaja

    La anteúltima frase acerca de peinarse es magistral.

    Abrazo de revancha, el fulbo siempre da revancha

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    1. Un tipo bastante desconocido, pero que vale la pena descubrir. Un poco es la idea de esta sección, gente que me produce alguna admiración, pero de los que me aburren las crónicas eruditas.
      Abrazo de por fin goles!!

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  4. Que bueno este segundo capitulo, quien diría que ademas del telégrafo el termino semáforo tbn venía de esa época.
    Genial combinación de humor con historia como no podía ser de otra manera viniendo de su pluma, ud. es un capo, se lo dije antes, no?

    Besoabrazo estimadísimo Oso.

    REM

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