Ya tengo el agua en el termo y empiezo los amargos. No hay nada por hacer. Bajo la parra del patio de ladrillos asentados me espera la reposera del viejo. Antes de sentarme a matear libero los jilgueros y el corbatita. Sí, he dudado un instante, si los agarra un gato... Los libero igual. La jaula oscila marcando el escaso tiempo que me queda. Me quedo mirándola. Mi mente vaga vacía al comienzo y reflotando viejas sensaciones después. Tiempos idos. Demasiado idos.
Y vuelve mi viejo desde la penumbra menguante a decirme esa frase que soltaba cada vez que la oportunidad se daba: Todos somos dignos por igual. Y me dan ganas de plantarme y echarle en cara la mentira cuando largas lágrimas me devuelven la confusión del día.
Un extraño silencio apagado por un murmullo hosco.
Vienen, ya sé que vienen.
Ya los escucho en mi vereda, pasos tenues, trotes, improperios.
Ya se atropellan. Ya putean por lo bajo, los siento bufar maldiciones terribles proferidas en nombre de quién sabe qué principio.
Ya nombran a Dios como si les perteneciera, como si su nombre alcanzara para ampararlos, semejante idiotez.
Tengo una tarea que cumplir, acaso la última. Algo que decir. Cuando cede la puerta camino mate en mano hasta el zaguán. El ruido violento del último sorbo los amedrenta y los enfurece más. Siento el primer golpe al preguntarme el primer por qué. Y sé que algo dije, ojalá pudiera recordarlo.
No entiendo demasiado las acusaciones, pero sí sus motivos, su necesidad de justificar lo atroz. Hace frío aquí, mucho frío.
Vienen de nuevo, me preguntan, ceremoniosos, si estoy listo. Les pido cinco minutos para escribir estas palabras que nadie leerá, por el honor de mi viejo. Todos somos dignos por igual.
Se leen, aveces muchos en el silencio , las comparten y sin mediar un segundo, reflexiona y hacen suyas las palabras que hoy con armonía las entregas..
ResponderBorrarsaludos fraternos y solidarios..
un abrazo
Hoy leemos, hoy intentamos aprender y saber de aquello. Antes o no dejaban leer o la gente hacía la vista para otro lado. Lo cierto es que las letras son aguijones para la memoria que jamás debemos dejar de clavar. no para reprimir, sino para despertar.
ResponderBorrarSabias palabras don Oso. Me viene a la mente tu relato "Carlitos", imperdible para el día de hoy y el que ya mismo me pongo a leer.
Claro que se leen oso, claro que si, y no solo se leen se sienten, y no solo se siente, se hacen nuestras, y no solo se hacen nuestras, se intenta, se intenta hacer algo.... no,nunca fuimos iguales,nunca, nunca hubo igualdad de oportunidades,nunca, nunca, yo me pregunto, el pueblo somos mayoria. Pero ¿que hacemos? por que nos callamos, no nos solidarizamos, no nos unimos por miedos? No se esto siempre fue asi... la rueda comisca....no se poque lo permitimos....
ResponderBorrarme voy ya.
besos
Desde España, un saludo solidario.
ResponderBorrarLos recuerdos no deben perderse; aquí estamos luchando para evitarlo.
Un abrazo,
Sabemos de que hablamos.
ResponderBorrarSabemos del valor de la dignidad para TODOS.
Un abrazo.
Tristísimo lo que pasó...
ResponderBorrarTristísimo lo que pasa...
Mismas aberraciones, distintos nombres, distintos carteles....
Dictadura o democracia.
No aprendimos nada, amigo.
SALUDOS SIN CHISPAS HOY, OSO POETA.
Oso... En verdad soy demaciado chica, pero algo...(muy poco en relación a lo de ustedes que lo vivieron)algo sé... y no se puede entender tanto sufrimiento, tanto horror, tanta injusticia... No puedo entender, no entra en mi cabeza por que? no nos damos cuenta de que estamos siguiendo el mismo camino, que debemos unirnos, debemos cambiar el pensamiento frío y cruel de muchos...
ResponderBorrarSinceramente, no tengo mucho más que decir...Me parece que esta muy bien dicha esa típica frace: NUNCA MÁS!!!
Besos Oso!
Que tristeza...
ResponderBorrarEs muy bueno que en un día como hoy hayas publicado este texto, ya que es nuestra historia, una historia que no hay que olvidar.
Por la memoria de todos los que tuvieron que padecer días tristes como esos!
ResponderBorrarPor las almas que, Dios quiera, descansen en paz, aunque sus familiares no la encuentren!
Por la verdad!
Por la memoria!
Por la justicia!
NUNCA MAS!
UN ABRAZO GRANDE!
Se siente, se lee y se lleva siempre en el respiro, ese de ser y estar, de recordar y poder ser dignos y libres de tener una justicia y un grito de verdad.
ResponderBorrarSe lee oso... se lee y sobre todo se sienten.
besos muchos.
Serà una herida que continuàra abierta en nuestra historoa por todos los tiempos.
ResponderBorrarNo se comprenden muchas cosas, en realidad no se comprenden porque no habìa motivos,
Memoria: la tenemos...
Igualdad: no lo creo
Justicia...hay una respuesta?
Oso muy bien escrito, hasta la victoria siempre!!! Abramos las mentes de hoy para que no vuelva a suceder esto, tenemos un lugar privilegiado.
Te quiero.
Besos eternos.
Querido Oso, palabras que leemos y sentimos... cierto...
ResponderBorrarUN BESOTE!!!
estas se leen
ResponderBorrarNo hay palabras (yo no las tengo). La dignidad no puede matarse, aunque te la arranquen.
ResponderBorrarbeso,
Oso escribo para que sepas que pasé y leí; pero nada más, porque me parece que frente a este texto voy a hacer silencio.
ResponderBorrarBesos para que sientas que ademas de que se te lee, se te recuerda.
ResponderBorrarmas besos
je
Vaya, por fin alguien conoce mi estrella!!!!!
ResponderBorrarMuchas gracias. Volveré para leer estas palabras..
triste pero contundente
ResponderBorrarmuchos saludos oso
Gracias a todos quienes comentaron.
ResponderBorrarTodo está clavado en la memoria,
espina de la vida y de la historia.
¿Quiénes eran los que vienen? ¿Los testigos de Jehová?
ResponderBorrarAy, siempre molestando golpeando la puerta cuando uno está ocupado en sus cavilaciones…
Hablando en serio, supongo por donde viene la mano, y espero que lo hayas pasado lo menos trágico posible... yo, por suerte, soy uno de los "hijos de al democracia" y no me tocó vivir tan dura época...
Hermoso relato, hermano oso (si se me permite el término)
Saludos
Si se leen Oso...Muy bueno lo que escribiste, besos viejito
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