Ratas y rateros se disputan la noche.
Prófugos y amantes se reparten sus sombras.
Por allá unos pibes doblando canastos,
pisando canteros, cascoteando estrellas.
Estuvieron entre suela y suelo,
fueron ellos los sin nombre.
Fueron y no se encontraron,
se perdieron entre mil y mareos,
entre su silencio y otro ruido.
Delante mío tres o cuatro cantando
confesiones de invierno,
caminan abrazados de pared a cordón;
recuerdo otro tiempo y allí estoy.
Cruzo la plaza, dos parejas, una viejita...
El mástil me saluda, cable contra caño;
no se si hace frío o tengo frío.
la noche ya no pertenece a nada de lo que nos representaba, ya se perdió en el hilo del tiempo, en ese hilo que creamos y dejamos de observa; en ese frío que se me mete por los huesos pese al primaveral domigno madrileño que nos azota, nos golpea la ventana y nos empuja a la calle...
ResponderBorraruna muy buena postal desde el frente!
salu2
qué imagen!
ResponderBorrarqué letras!
tan cerca y tan lejos, y noche por medio, es una especie de revuelto en el corazón cuando uno menos se lo espera.
abrazos!
Mágica y oscura como la propia noche.
ResponderBorrarPoesía bella.
Te felicito OSO.