ETERNO RETORNO

Estas historias son como lanitas sueltas que la nona va ovillando en un bollito y una vez que adquiere volumen, las va desovillando para hacer algo con todas como si fueran una sola cosa. Así son estas narraciones, dichos, frases sueltas, conjeturas patinadas por una memoria tenue que -a veces- toman forma en la mano de quien las intenta reunir.

martes, 1 de agosto de 2017

Gente ignota: Fibonacci III

Continúa a toda furia

Federico II de Sicilia
1223: - ¿Quién es Leonardo Bigollo? 
- El que se yergue oyéndolo a usted y oliendo los centenares de caballos y jinetes hediondos que lo acompañan. ¿Acaso puedo conocer el nombre de mi interlocutor y el de ese emperifollado cabezón de la capa azul que viene atrás?
- Juan de Palermo, para servirle, no a usted sino al emperifollado cabezón de capa azul. Se trata nada menos que de Federico II Hohenstaufen, llamado Asombro del mundo, rey de Sicilia y Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y espero por su salud que no lo haya escuchado.
- ¡Glup! Cof, cof, pero qué bien le queda esa coronita y qué detalle más primoroso el de la capa azul imperial...
- ¡Calle de una vez! ¿Así que usted es Fibonacci, el célebre matemático pisano?
- ¿Célebre? No me haga reír, por la memoria de Yusuf. Soy de Pisa y hago cuentitas nada más.
- No me diga que su compañero musulmán partió a mejor vida.
- El Señor lo ha recibido. Ha sido quien me aproximó a la numeración indoárabe, que tan útil ha resultado. Toda Italia y pronto todo el imperio utilizará el sifr y los demás números.
- Se equivoca, ya estamos trabajando en la corte para generar un sistema de numeración mejor, no necesitamos ayuda de infieles musulmanes.
- ¿Ah, sí? Qué interesante. Espero que su sistema de numeración sea eficiente calculando contabilidades, conversión de unidades de medidas, cambios de monedas, establecer criterios de divisibilidad, descomponer en factores primos y...
- ¡Basta! Tendrá oportunidad de demostrar las bondades de su sistema.
- No tengo que demostrar nada. Hasta los indigentes aprenden a hacer aritmética. Me basta con que no sea privilegio de arrastrados cortesanos.
- Eso es lo que dice usted. Pero el emperador lo quiere de huésped en su corte de Sicilia.
- Ni se le ocurra. Tengo demasiado trabajo escribiendo mi tercer libro.
- Si aprecia sus manos, las usará escribiendo en la corte de Federico. De lo contrario, esta alabarda asegurará que sus manos viajen a Sicilia aunque el resto del cuerpo quede en Pisa.
- Grap... creo que el clima mediterráneo será propicio para mis elucubraciones matemáticas.

Yolanda y Federico II
1224: - Hola, Bigo...
- Cof, cof, dignísima Yolanda, futura emperatriz. Usted... aquí... no debería...
- Calla, Bigo. Me obligaron a casarme con Federico porque soy heredera de la corona de Jerusalén, pero sé que no se interesa en mí. Se lo pasa organizando una cruzada más para consolidarse como emperador y apoderarse de Jerusalén sin rivales. La boda será el año que viene.
 - Y... ¿necesita algo, insigne emperatriz en ciernes?
Michael Scotus
- Tu vida ha sido de comercio de mercancías, Bigo. Vengo por eso. Mi mercancía es que sepas que los principales eruditos de la corte te desafiarán a un torneo matemático con Teodoro de Antioquía, Dominicus Hispanus, Juan de Palermo y el mago y astrólogo Michael Scotus, quien prometió venir a conocerte.
- No puede ser, hemos mantenido correspondencia con ellos. Son buenas personas.
- Deben serlo, seguramente. Pero Federico es un amante de las ciencias y también de los duelos de caballeros. Piensa divertirse con esto.
- Y... ¿cuál sería mi mercancía?
- Te lo explico en los graneros del fondo del castillo, Bigo...

Corte de Federico II
1225: ¡Atención, ciudadanos de Palermo, expertos de la Universidad de Nápoles, corte del emperador Federico II Hohenstaufen, nieto de Federico I Barbarroja y emperador del Regnum Sicilia y el Sacro Imperio! En este torneo matemático contemplaremos la defensa de Leonardo Bigollo Pisano Fibonacci ante diversos problemas planteados por los sabios de la corte. Pronuncio yo, Juan de Palermo, ¡que haya torneo!
- [hinchada] ¡Fiuuuu..! ¡Fiuuuuu...! ¡Clap, clap, clap! ¡Aguante, Bigollo!
- Calma hinchadas. Pasaremos a la lectura de los problemas a resolver...
- ¡Eooo! ¡Eooooo! ¡Oléeeeee! ¡Oléeeee! ¡Bi-goooo-llo! ¡Bi-goooo-llo!
- Problema 1: Encontrar un número cuadrado tal que si se le suma o resta el número cinco dé como resultado en ambos casos números cuadrados, formulado por Teodoro de Antoquía.
- ¡Fiuuuu..! ¡Fiuuuuu...! ¡Clap, clap, clap! ¡Aguante, Bigollo! ¡Bi-goooo-llo! ¡Bi-goooo-llo!
Problema 2:  Se trata de inscribir en un triángulo isósceles un pentágono equilátero que tenga un lado sobre la base del triángulo y otros dos lados sobre los restantes de este.
- Clap, clap... ¡Dale, Bigollo!
...
Problema 25: Problema de proporciones que, bla, bla, bla...
- Zzzzz, zzzz, aguazzz, Bigzzzz, zzzz...
- ¿Qué tiene para decir, Leonardo de Pisa, en honor de su fama y de su defensa férrea de los números árabes?
- Solo que en estos dos libros Flos y Liber quadratorum, más esta Carta a Teodoro resuelvo todos esos problemas y muchos más que me quedaron pendientes del anterior que se llama Practica geometricae donde muestro el valor de las proporciones para medir árgulos y lados de triángulos, lo que podría denominarse trigonometría en griego.
- Eh, pero... ¿no va a explicar estos resultados? Para la hinchada, ¿vio?
- Nada de nada. Lean los libros, que no muerden. Es todo lo que tengo para decir.
- ¡Buuuu! ¡Juira, Bigollo! ¡Buuuuuuu! ¡Juiraaaaa!

1240: - ¡Flameen esos pendones, suenen las trompas y los cencerros! Anunciamos solemnemente que la República de Pisa ha resuelto honrar con un salario permanente por los beneficios que ha traído para la población no solo de la ciudad sino de Europa entera al señor maestro ¡Leonardo Bigollo!
- Me llamo Leonardo Fibonacci.
-¿Ah, sí? ¿Cómo firmó sus libros?
- Ejem... Leonardo Bigollo. Bueno, estemmm, a modo de burla para quienes me llamaban así.
Pisa medieval, la Torre en primer plano
- Bien, no se hable más, Bigollo. Pisa se ha convertido en un gran centro de comercio burgués, nuestros grandes comerciantes se enriquecieron no a costa de los pequeños y humildes sino por la razón de justicia que los números y operaciones que usted ha enseñado nos han otorgado. Los cortesanos papales se han rendido ante su claridad matemática y los eruditos imperiales ya difunden las bondades del uso del cero, de la línea que separa las fracciones, de las razones trigonométricas y de la sucesión que ha descrito leyendo las divinas intenciones para el desarrollo de la naturaleza. Ella está en los árboles, en el crecimiento de las caracolas, en el cuerpo humano y en la proporción áurea de grandes obras griegas y egipcias de la antigüedad... Por ello, toda su vida recibirá un estipendio justo de manos del consejo que gobierna esta región.
- Estemmm, ¿toda la vida?
- Así es, señor Bigollo.
- Tengo setenta años. Como dijera mi querido amigo Yusuf: "me queda boca cuerda en el carretel". No hace falta mucha matemática para calcular que el estipendio servirá para pagar los costos de mis achaques. Aun así soy un agradecido a mi querida Pisa. Por un lado, porque me dio la vida y la posibilidad de viajar a conocer las culturas griegas, egipcias, hebreas, norafricanas y árabes en su dignísimo nombre. Por el otro, por más bigollo que he sido, nunca he recibido agravios por mi amistad con los musulmanes aun en tiempos de guerra y finalmente porque esa bendita torre inclinada no se cayó sobre mi cabeza las veces que he pasado por su sombra temiendo que eso suceda.

Tiempo después: - Señor Bigollo, ¿se siente bien?
- No. Cof, cof...
- Se siente mal entonces.
- No, no me llamo Bigollo, quería... cof, cof... decir.
- Ah, bueno, lo de siempre. Si hubiera tenido una esposa, cuidaría de usted en su ancianidad.
- Las he tenido.
- ¿Las...?
- Las. Pero he sido muy cauto en alardear de mis amores.
- Mire que ha sido picarillo, señor.
- Veo un río...
- Señor Bigollo, está delirando.
- Un pastor tiene un cof, cof... lobo, una oveja y un repollo. 
- ¿Un... pastor con un... lobo? Es fiebre seguro.
- Quiere cruzar el río con los tres. Cof, cof... Tiene una pequeña barca donde solo cabe además del hombre el repollo, la oveja o el lobo, solo uno de los tres.
- Ah, sí... sí... Lo escucho.
- ¿Cómo debe efectuar el traslado sin que el lobo se coma a la oveja ni esta al repollo?
- Ah, es un problema de ingenio, de esos que tanto le gustan. Déjeme pensar por mí mismo.
- Pensar por sí mismo. Esa es la clave, tan fácil... cof, cof... y difícil a la vez.
- ¡Lo tengo! Toma el lobo, lo sube a la barca y lo cruza... ¡Ah, no, qué tonto! La oveja se comería el repollo. Entonces...
...
- ¿Señor Leonardo? Se ha ido otra vez. No pudo con su genio, bigollo hasta el fin.

FIN





NOTAS

1223: Una comitiva de Federico II lo invita cortésmente a convertirse en huésped del soberano en la corte de Sicilia. Federico era un amante de las ciencias, por lo que la figura de Leonardo lo cautivaba. Se dice que antes de esta invitación mantenían correspondencia.

1224: Yolanda de Brienne de unos 13 o 14 años había sido proclamada reina de Jerusalén a poco de nacer, ya que a los días del parto muere su madre Isabel, fue prometida políticamente a Federico entre otros planes para que organice otra cruzada. Luego de la boda al año siguiente, Federico -con el título de Rey de Jerusalén- la confinó a compartir el harén con las prostitutas de la corte. No hay documentación de una relación con Leonardo, pero me sirvió para presentarla.

1225: Durante su estadía en Sicilia resuelve todos los problemas que se le plantean a modo de torneo, escribe varios materiales y reedita una versión ampliada de Liber abaci, dedicada a Michael Scotus, quien viajó de las islas británicas a instalarse a la corte de Federico para conocer a su admirado Fibonacci.

1240: En un tiempo de convulsión política en la península italiana, Pisa -siendo ahora una pequeña república- otorga un salario permanente a Leonardo por su contribución a la prosperidad de todos los estratos sociales.

Tiempo después: No se sabe con exactitud cuánto vivió después, ya que no quedan registros de su ancianidad avanzada para la época. El conocidísimo problema del lobo, la oveja y el repollo (o versiones similares) aparece en uno de sus libros. Lo presento aquí como un simpático legado a su muerte.   

12 comentarios:

  1. Mira Oso que te rompiste la cabeza con esta entrada, gracias por desasnarnos a más de uno. Muy interesante, con humor resulta más interesante la historia.

    mariarosa

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    1. También me desasno a mí mismo. Comienzo estas historias con solo algún conocimiento que me haya llamado la atención del personaje. Después investigo.
      Solo en algunos casos pude haber hecho el "gente ignota" casi sin ayuda.
      Besos

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  2. Planteas algo interesante, que pasó más de una vez en la historia. La relación peligrosa de los inventores, artistas, con los poderosos. Era dificil saber si era más peligroso ser irremplazable o ser portador de un conocimiento que podía ser compartido.

    Me gustó la hinchada alentándolo, el cambio de actitud ante el pedido de leer los libros.
    Y me gusta lo de la emperatriz Yolanda, queda bien ese episodio. Es para pensar que fue como sucedió.

    Saludos.

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    1. "Era dificil saber si era más peligroso ser irremplazable o ser portador de un conocimiento que podía ser compartido."
      Buenísimo, dilemas que se repiten en la historia.
      Me ncantan los cambios de humor de las hinchadas de fútbol, por eso no me resisto de vez en cuando a ponerlas.
      Abrazo

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  3. tengo que leer lo anterior y ponerme a tiro!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    te lo mereces... abrazo grande....

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  4. Le diste un excelente final a la historia.
    No conocía casi ninguno de los hechos que fuiste describiendo. Tuve que ir leyendo y bajando a las notas (ya le cacé la onda a Gente Ignota) para ver exactamente de qué se trataba.
    Lo único que si conozco es la historia del barquero. De algún Paenza o de algún otro ya lo había escuchado.

    Aprendí mucho de las tres partes de esta historia. Me acomodaste un poco algunos hechos que los tenía borrosos o creía anteriores o posteriores (vio que esos siglos no cuentan con buena prensa).
    A Gengis y a Francisco los tenía bastante separados de Leonardo de Pisa en mi línea de tiempo imaginaria.

    Abrazo de cuatro cambios y tres goles en quince minutos!

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    1. No te creas que yo conocía todo, algunas buenas cosas las fui agregando al aprenderlas.
      El problema del barquero es conocído en mil variantes, no deja de asombrarme por la sencillez y fuerza que tiene.
      Abrazo de vamos que podemos!!

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  5. Sin dudas don Bigo era un capo. Me pregunto si hoy en día existirán matemáticos de ese calibre?
    Pobre doña Yolanda, que lo tiró, a las mujeres nunca nos ha sido fácil nada, vió? Aunque ud. le ha permitido ciertas alegrías jajaja

    “- Te lo explico en los graneros del fondo del castillo, Bigo…”

    Ese párrafo y la hinchada me hicieron reír mucho, de igual manera y como siempre me ha desasnado en un montón de cosas que no sabía, grxs por ser tan didáctico y divertido a la vez.

    Clap clap clap (muchos aplausos para ud.)

    Besoabrazo y continúe contándonos más historias querido Oso.

    REM


    PD: Me encantó el dibujito del lobo, la oveja ... el repollo, precioso!

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    1. Tengo entendido que los hay, ignotos como él, claro. Tal vez no gestando revoluciones tan radicales, pero sí remándola a diario.
      El dibujo ha sido vilmente choreado de alguna página web que ya olvidé, claro.
      Besos!

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