ETERNO RETORNO

Estas historias son como lanitas sueltas que la nona va ovillando en un bollito y una vez que adquiere volumen, las va desovillando para hacer algo con todas como si fueran una sola cosa. Así son estas narraciones, dichos, frases sueltas, conjeturas patinadas por una memoria tenue que -a veces- toman forma en la mano de quien las intenta reunir.

sábado, 17 de agosto de 2013

Gente ignota: Cugnot I

1725: - Bello ejemplar de hombre será nuestro hijo, mon cheri. Tiene una semana y ya quiere jugar.
- Bello, pero sin patria firme, mon maitresse. Void-Vacon, miserable pueblito de Lorraine, tironeado por el Tratado de Viena y el de Hannover. Reinos ávidos de quedarse con el ducado de Leopoldo Joseph... A propósito, Leopoldo será un buen nombre para el pequeño.
- ¿Leopoldo? Claaaro, pongámosle Fortunato también y lo arruinamos para todo el viaje.
- No me parece feo nombre.
- Nada de eso, suena a borracho buscapleitos.
- ¿Entonces..?
- Será Nicolas-Joseph.
- Mon ciel...
- ¿Podré llamarlo Joseph, al menos me recuerda a Leopoldo?
- Impossible.
- ¡Oh, qué decepción, mon ciel!

1736: - Maman, mom, ¡maaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
- ¿Qué te ha sucedido, mon ciel?
- ¡Me quemé con el humito de la marmitaaaaaaa!
- ¿Quién te manda a meter la mano en el vapor, enfant terrible?
- Es que la tapa se movía, subía y bajaba...
- Ah, ¿y por eso metiste la mano?
- Pensé que había un bicho adentro, mom.
- Pensar es lo que te hace falta. Irás a la escuela...
- ¡Iupiiiiii, a la escuelaaa! ¡Recreos, chicas..!
- Ejem, a la escuela militar.
- ¡Oh, qué decepción, mon ciel!

1750: - Entonces ubicamos una fortificación en lo alto...
-¡Cabo Cugnot! ¡¿Otra vez jugando a los soldaditos con los cadetes?!
- Grap... Mi teniente Legarque, les estoy explicando estrategia militar.
- ¿Estrategia? ¿Con soldaditos de plomo y extrañas carretas? 
- Mi teniente, los soldaditos están hechos con el plomo fundido de balas malogradas.
- Ah, oui... ¿y esa carreta tan extraña?
- Es un fardier que no necesita caballos para ser trasladado. Pronto podrán construirse...
- Lo único que me faltaba, un cabo que delira... ¡un peligro al mando de soldados!
- Monsieur Legarque, con todo respeto...
- A ver, ¿qué tiene para decir?
- ¿Conoce usted los trabajos de Somerset y Savery?
- No. ¿Ingleses?
- Yes... digo, oui.
- ¿Leyendo libros, propaganda de naciones rivales, cabo Cugnot?
- Ehhh, bueno, en mis ratos de ocio...
- Bien, cuénteme antes de pasar unas semanas en el calabozo.
- Somerset inventó una máquina que funciona con el poder del vapor. Savery y Newcomen la adaptaron para sacar el agua que inunda las minas sin esfuerzo humano.
- Ah, parecido a lo que hizo ese traidor de Papin, que se fue a Inglaterra... Cosas que no sirven para nada...
- ¡Uy! Justo yo estaba por escribir un libro sobre temas militares con ideas sobre el uso de esos artilugios...
- No se haga problema. En el calabozo tendrá papel de sobra, sobre todo porque comerá muy poco. Le daremos plumas y tinta.
- ¿Calabozo? ¿Por?
- Literatura inglesa, plomo robado para hacer soldaditos, delirios varios como carros que se mueven sin caballos...
- ¡Oh, qué decepción, mon ciel!


1763 ¡Teniente Legarque! Venga para acá.
- Oui, capitán ingeniero Cugnot...
- ¿Se acuerda de cuando me encerró en el calabozo? Llegó el momento de poner las cosas en su lugar.
- Glup... la venganza nunca es buena, mata el...
- ¡Cállese, bocón! Será mi ayudante. Es la forma de agradecerle que me haya permitido comenzar mis libros. 
- Ehhh, ¿sus libros?
- He escrito dos libros que me han valido ascensos y la consideración de los ejércitos franceses y austríacos. Uno se llama Teoría de la fortificación; el otro, Elementos del arte militar. Pronto serán públicos.
- ¿O sea que no debemos llamarlo más le fou Cugnot? Usted es un genio...
- Dele, quede bien ahora después que me encerró semanas enteras... Pero podrá resarcirse como mi ayudante.
- Oui, oui, ¿en qué lo puedo ayudar entonces?
- Estemmm, necesito un voluntario para probar un invento.
- ¡Cuente conmigo, monsieur! ¿De qué se trata?
- Inventé un nuevo fusil. Un rifle, como dicen sus odiados ingleses.
- Ehhh, cof, cof... Los fusiles suelen explotar en las primeras pruebas.
- ¿Por qué se cree que no lo pruebo yo..?
- ¡Ough!
- Vaya, pruébelo en el polígono de tiro y me cuenta qué tal.
- ...
- ¡Capitán Cugnot! ¡Capitán Cugnot! Traigo el reporte de la prueba de su fusil para los ulanos.
- Ah, qué bien, soldado. Y, ¿cómo anduvo?
- Estemmm... el fusil, bárbaro. Dispara el doble de distancia que los mosquetones que tenemos. ¡Y con una precisión asombrosa!
- ¡Très bien! Y Legarque, ¿qué dijo?
- Dijo: ¡aaaayyyyyyy!
- ¡Epa!
- No se preocupe, con un parche solucionamos la falta de su ojo derecho... Proyectó un poquito de pólvora el fusil...
- ¡Oh, qué decepción, mon ciel!

Notas
1725: Nicholas-Joseph Cugnot nace en Void-Vacon, Lorena, territorio que oscilaba entre el dominio francés y austríaco-alemán.
1736: Sus padres lo envían a la academia militar, oficio arriesgado pero de prestigio.
1750: Se interesa por la estrategia militar, los artefactos de guerra y las fortificaciones. Allí toma contacto con los trabajos ingleses sobre el uso del vapor y los de Denis Papin, que eligió trasladarse a Inglaterra para trabajar con Boyle.
1763: Inventa un fusil que revolucionó el uso de armas de fuego en enfrentamientos bélicos. En rigor, unos años después (1766, 1767) publica los libros que lo ubicaron en el primer plano de los expertos en guerra del siglo XVIII.

12 comentarios:

  1. Interesante el planteo humoristico que hiciste de la historia. El personaje sacó provecho de la frustración de no ir a la escuela que esperaba. Y del tiempo castigado que lo usó para desarrollar lo que pensaba. Interesante la historia de su revancha.
    Bien contado.

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    1. Gracias, Demiurgo, ya extrañaba ponerme con los "gente ignota", tal como los hacía cuando podía dedicarme un poco más.
      Abrazo

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  2. Buenísimo.
    Dicen que en la vida todo vuelve, que es como un boomerang. Bueno, en este caso volvió en forma de fusil y Legarque -arquetipo de retrógrado de apellido oportuno- se la tenía bien merecida.


    Le mando un beso.



    SIL

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    1. No sé si todo vuelve, pero algunas cosas sí. Al final me dio pena el amigo Legarque...
      Besos

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  3. Seguro que te elegiría más de uno como profesor particular de Historia, amigo :)))

    Un abrazo, mira que me he reído.

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    1. Con el consiguiente riesgo de fallar en un examen!!
      Besos

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  4. ah bueno, ahora sos biógrafo también!

    no a la guerra señores, igual me gustaba el Joseph, sería tocayo mío...

    salu2 master...

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  5. Antes lo hacía más seguido. Hay varios "Gente ignota" en la lista, pero extrañaba ponerme con esto.
    Abrazo

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  6. Bueno, leí los dos de un tirón, ahora comento de a uno!
    Bien por el regreso de los ignotos! Interesante el amigo Cugnot!

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  7. Volvieron los ignotos. Y no serán millones, pero algo es algo.

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