ETERNO RETORNO

Estas historias son como lanitas sueltas que la nona va ovillando en un bollito y una vez que adquiere volumen, las va desovillando para hacer algo con todas como si fueran una sola cosa. Así son estas narraciones, dichos, frases sueltas, conjeturas patinadas por una memoria tenue que -a veces- toman forma en la mano de quien las intenta reunir.

sábado, 15 de junio de 2013

Descensos

Nunca voy a olvidar el día que en una reunión entre amigos y otros no tanto, en casa, un asistente -dedicado hoy a la carrera política- postulaba sus principios de hincha de fútbol. Decía algo así como: -Yo a los gallinas los cargo antes de los partidos. Tengo un arsenal de argumentos y cargadas. Si después ganamos, la sigo. Si perdemos, ni me importa, ya los hice reventar antes. En el fútbol uno es más cuando los otros son menos. Clarito.
Yo nunca supe muy bien por qué, pero esos postulados -y otros parecidos- me revuelven el estómago. Y no porque odie el fútbol o cosas por el estilo. Me anoto en la lista de los que opinan que el fútbol es el juego perfecto. O casi perfecto. O en todo caso uno de los dos que me parecen los mejores, con el ajedrez. El folclore del fútbol también está bueno y acompaña y en mi país es palabra mayor. Las cargadas son parte de eso y parte de la fiesta popular. Y está bien que así sea. Porque muchos nos sentimos felices o desdichados según nos vaya bien o mal en el fútbol.

Esto escribe uno que se ha sentido más veces desdichado que feliz. Con mucha diferencia entre ambas sensaciones. Pero que ha sido inmensamente feliz en esos ratos más o menos prolongados en que le ha tocado el triunfo. Y que no cambia por nada a San Lorenzo.
Alguna vez mi cuadro se fue al descenso. Y volvió con una gloriosa temporada en la B. Gloriosa. Con el tiempo -y zafando varias veces de la pérdida de categoría- no me pareció tan dramático el descenso. En el mundo grandes clubes descienden y después vuelven. O no. En mi país el descenso es un drama. Exagerado, creo hoy.

Alguien pensará sangran por la herida o, como se dice ahora, la tienen adentro. Probablemente hinchas de Boca -menciono aquí a Arsenal, que comparte esa condición, pero no tiene hinchas en la zona-, que nunca perdió la categoría u otra gente sin memoria.  Y digo sin memoria por aquella manganeta ignominiosa de agregar un año más al ya dudoso promedio antes de terminar el campeonato del ochenta y cuatro. Son las cosas del poder.
Y hablando de poder, voy a arriesgar una hipótesis personal. Hay bastante de juego de poder en los postulados de muchos hinchas (y periodistas). Pero no de poder como potencialidad, sino como facultad de sojuzgar.
Curiosamente, mucha de la gente que pontifica acerca de la igualdad, de principios libertarios, solidarios, que milita en política, arte, cultura agitando banderías de los humildes, son quienes más cerrilmente se empecinan en humillar, sojuzgar al rival, al que ama otros colores. Y opino que no es sólo un juego o el folclore del fútbol. Gozan con el sufrimiento ajeno y salan las heridas. Prerrogativas de los poderosos. O de los que aspiran a serlo y encuentran en esto un buen lugar de práctica. Tal vez sea demasiado borrosa la frontera entre la cargada y la humillación. O tal vez esté delirando demasiado al escribir en caliente.

Descender puede ser una lección de humildad, si de algo vale hoy esa expresión. Tengo para mí que hay hinchas de Ríver que la aprendieron. Quiero creer que en esto los cuervos somos más avezados -fuimos el primero de los llamados grandes del país en descender- y ojalá más sabios.

Vaya para mis amigos de Independiente, y cualquier otro diablo rojo que lea- este abrazo en palabras. A los de Ríver les deseo que hayan aprendido y a los de Boca, el sano ejercicio de la memoria. Que las estrellas no les impidan ver un cielo que es de todos.
Y al fútbol, salud.

17 comentarios:

  1. Me siento un poco afuera con los temas de futbol. No tengo pasión por este deporte, si alguna vez la tuve, la perdí por el exceso de transmisiones televivas. Sí veo los mundiales, pero la selección es tan decepcionante.
    Y además recuerdo esta situación que ya se dio varios veces: una conductora de televisión, que puede ser una modelo, promete verse más provocativa y/o usar menos ropa a medida que la selección vaya ganando. Una prometió que llegaría a conducir el programa en bikini. Es frustrante que nunca hayan tenido que cumplir con sus promesas.

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    1. Vamos a ver si para el año que viene tenemos suerte y alguna se ve compelida a cumplir!
      Abrazo

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  2. Los descensos equivalen a tocar el fondo, pisar con fuerza, y darse nuevo envión para subir.

    Las cargadas con saña son un espejo de cierto mal crónico arraigado en esta sociedad, practicadas en todos los ámbitos, y que usa al fútbol como medio válido.


    PD: Sos muy grande escribiendo.




    Un beso.




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    1. Para nosotros, el descenso fue un volver a empezar con todo. Casi, casi, una bendición.
      Besos

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  3. No sigo mucho el fútbol, pero me solidarizo contigo: el equipo de mi lugar también desciende...y eso es una oportunidad para empezar de nuevo y volver a la lucha en la siguiente temporada!
    Abrazos!

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    1. Así es. Para San Lorenzo fue muy bueno estar en la segunda categoría.
      Besos!

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  4. Ser más desdichado que feliz es algo que acontece solo, amigo. Hay personas tan felices que andan por la calle con los ojos desorbitados sonriendo hasta a las piedras, eso tampoco es... :)))

    Un abrazo y un cafelito.

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    1. Ja! El fútbol tiene sus cosas y la pasión se hace sentir.
      Besos

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  5. Lo más lindo que tiene el fútbol es que se trata de un deporte en equipo. Lo demás si se gana o se pierde son las reglas del juego, por eso cuando no se dan los resultados que uno quiere en lugar de pensar que se viene el mundo abajo hay que seguir alentando por más triste que sea la situación. En los triunfos, cualquiera, la derrota es lo que nos hace más fuertes. Una vez que se tocó fondo lo único que queda es emerger.

    Abrazos mi estimado Oso, Ud. es un grosso jeje con versito y todo, vió?

    REM

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    1. Exactamente, estimada Rem. Eso es el fútbol.
      Hay otra cosa también. Cuesta hacer un gol, el que muchas veces es la coronación a un esfuerzo titánico.
      Besos

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  6. una tragedia si... sis os futbolero es lo peor que te puede pasar...

    te voy a contar algo que quizás sepas pero espero que no desaga esta afinidad entre nosotros: soy de Huracán! jaja... así que esto de estar en la B es un sufrimiento innecesario je...

    y para colmo simpatizo con Boca, quizás sea esta finidad entre nosotros por odiar a San Lorenzo jaja...

    River cayó claramente en ese "agrandamiento" que decís, el Rojo fue parecido, proclamando seguir siendo los reyes de copas en momentos cuando contaban el vuelto para subsistir... mis amigos del Casla sufrieron horrores estos últimos tiempos de vacas flacas y promoción... es decir, nunca se aprende, sigue siendo un infierno el descensos...

    abrazo quemero entonces...

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    1. Estimado JLO: veo que ya no recordás que lo mencioné en mis primeras visitas y te conté que, ademas, simpatizo con Huracán (cosa impensable, por ejemplo en un porteño).
      Abrazo!

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    2. cierto, ahora me acuerdo... es que a los viejos del barrio les pasaba lo mismo, o eran enemigos sino vecinos... pero hoy es distinto, en fin.... salu2!!!

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  7. Hola Oso, comparto su reflexión, aunque yo de fútbol no sepa mucho. Me avala el pertenecer a una familia cuyos masculinos son hinchas sufridos de Rácing, ay.
    Beso y gracias por pasar por allá...

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  8. Muy bueno lo escrito don Oso. El fútbol nos permite disfrutar y amargarnos, y en la medida del fanatismo, prolongar una cosa o la otra por más tiempo, a veces exagerando. Pero es un juego, una excusa, un deporte. Claro que en un país donde la distracción es una necesidad, el fútbol ha tomado un rol que quizá, desde otra latitud, no se entienda o comprenda. Difícilmente la sensatez gane una partida en este ámbito, por más buenas argumentaciones que se escriban. Por eso es que vemos cosas inimaginables dentro de un campo de juego y sus alrededores. A veces me pongo a pensar en el concepto simple del fútbol: meter la pelota en el arco contrario. Tantas cosas se desprenden de esa sencilla idea, que es difícil hablar de fútbol y ocuparse solo de eso, que es lo que en realidad, realmente debería importar.
    El descenso es el cuco que nos cuentan de chicos, pero disfrazado con otras ropas. Siempre tenemos que tener miedo a algo, es lo que nos inculcan de pequeños.
    Lindo tema para hablar, largo y tendido don Oso.
    Un abrazo.

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  9. Es cierto, y con tintos lubricando...

    Abrazo

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