ETERNO RETORNO

Estas historias son como lanitas sueltas que la nona va ovillando en un bollito y una vez que adquiere volumen, las va desovillando para hacer algo con todas como si fueran una sola cosa. Así son estas narraciones, dichos, frases sueltas, conjeturas patinadas por una memoria tenue que -a veces- toman forma en la mano de quien las intenta reunir.

sábado, 25 de septiembre de 2021

Otros ellos y nosotros


Ellos siempre ganan o casi siempre, pero da la sensación que siempre lo hacen. Nosotros siempre perdemos, o casi siempre, la sensación es la misma. Ellos celebran los empates sobre la hora. Nosotros, ninguno, pero nos sentimos dignos cuando revivimos a pesar de todos y todos. 

Ellos hablan de las grandezas y los honores acumulados a lo largo del tiempo, nosotros de modestos triunfos contados con los dedos, que serán manifiesto y leyenda, ternura y caricia cuando las tormentas arrecien.

Ellos saben de mieles, de té con dulces masas, nosotros de mate cocido y sánguche de mortadela sopado. Ellos y nosotros merendaremos felices de haber tocado el cielo con los labios, aun siendo cielos distintos, qué más da. Pero lo importante es rozar lo eterno. 

Para ellos, que toman lo que quieren, van y lo tienen, el tiempo es lo que transcurre entre un logro y el siguiente. Para nosotros, que deseamos lo que ya tenemos, porque perderlo es cuestión de tiempo, el tiempo es ese andar hacia la muerte que llevamos como designio a contrapelo y de vez en cuando podemos burlar. La muerte llega y no es invitada, para ellos y para nosotros. 

Ellos paren herederos y blasones; nosotros parimos compañeros de camino, porque en lo efímero de nuestra huella cubierta de arena se suceden otras, crecientes, que se empecinan en buscar sentido. 

Ellos temen perder. Una vez es del todo posible, dos es preocupante, tres es catástrofe. Nosotros sabemos perder. La cuenta empieza en tres (más, no las tenemos en cuenta), si disminuye a dos el dolor se esperanza y si es una sola salimos sonriendo a la calle sin que nada nos arruine el día. Sabemos que hay derrotas próximas, pero aprendimos a bailar en el vendaval. Disfrutamos de la pequeña alegría carnavalera que transmuta alguna inusitada victoria en el guiño cómplice que nos convence que no todo está dicho. 

Ellos necesitan espectadores de su felicidad, de su opulencia y su poder. En la imagen está su esencia. Si no es posible la imagen feliz, entonces será la construida sobre la desgracia del otro, que si no se conoce hay que publicarla. Ellos no necesitaron de nadie para ser lo que creen ser. Claro, las mentiras dichas por los sonrientes modelos publicitarios, son menos mentiras, al parecer. Nosotros necesitamos manos. Y voces y sueños plurales. Y duras verdades. 

Ellos son uno y uno y uno y uno… Se agrupan cuando tienen adversarios en común. Entonces centran el objetivo, apuntan y disparan. Caiga quien caiga, los semejantes salen adelante porque uno sale primero y los otros detrás. Nosotros elegimos sentirnos comunes, no necesitamos agruparnos. El rival es rival en la contienda, la derrota es la sal. Pero intuimos cuándo vienen por nosotros. 

Ellos no tienen historia, tienen jalones hacia un destino escrito por dioses que los eligieron. Las certezas que blanden sostienen a su realeza y al linaje que detentan. Nosotros arrastramos las decepciones y las ruinas de los nuestros florecidas en la novedad de la primavera. Los dioses prefirieron no elegirnos porque nuestra heredad es la duda y ellos viven de certezas. Entonces, en lugar de promesas prefieren darnos afrentas y módicas alegrías, porque no se nos ha anunciado profecía más auténtica que descubrir la historia en nuestras manos.

8 comentarios:

  1. O sea que ellos, sean quienes sean, tienen poder pero no libre albedrío.
    Saludos.

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  2. Que buena foto! Y a ellos, sean quienes sean para cada uno, no le tenemos nunca envidia sino una leve pena por no ser. Saludos!

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    1. Ja! Me encantó lo de la pequeña envidia.
      Si con un oso era demasiado, con dos la arruinamos!
      Abrazo

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  3. alguien me recomendó tu blog y aqui te estoy leyendo
    saludos desde Miami

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  4. Cuando se tiene algo, se tiene también el miedo a perderlo. Claro que Ellos tienen más poder para proteger ese algo, y su miedo disminuye.

    Abrazo de vuelvo a la cancha el lunes... a ver qué, veremos

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    1. Totalmente, esa es una de las cuotas del poder!
      Abrazo de espero que la metamos midió!!

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